En el mes de diciembre de 2016, concluyó en el centro norte de la
provincia de Santa Fe, la cosecha del trigo.
De acuerdo con los datos proporcionados por el Sistema de Estimaciones
Agrícolas para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe, la siembra
del trigo en la región fue de 268.500 hectáreas, número que significó
un incremento del 34,4% respecto de la campaña 2015/2016.
Del total implantado, se cosecharon, finalmente, 266.000 hectáreas. La
producción final fue de 917.780 toneladas, y la campaña tuvo un
rendimiento promedio de 34,5 qq/Ha. En relación con el ciclo agrícola
anterior, la producción se aumentó un 56,5%, dado que había sido de
586.309 toneladas, con un rendimiento promedio de 29,5 qq/Ha.
El gobierno nacional ya para la campaña triguera 2015/2016 había
eliminado las retenciones al cultivo y las restricciones a la
exportación. La superficie sembrada pudo haber sido mayor en la región
sino hubieran incidido factores climáticos que reorientado las
decisiones del productor.
El Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe
analizó el resultado económico de la campaña de trigo en la región y lo
hizo en función del estudio de los costos y resultados obtenidos para
productores con campo propio, ubicados en departamento San Justo y en
el departamento General Obligado.
El trabajo recuerda que la cotización internacional del trigo tuvo un
descenso en sus precios en el año 2016, con bajas mayores al 10% en
Estados Unidos. Asimismo, ante una estimación de producción mundial de
trigo de la campaña 2016/17 que se encuentra en niveles récord, y con
una relación stock/consumo en sus máximos de los últimos tres lustros,
no hay desde los fundamentos del mercado señales para una recuperación
en las cotizaciones internacionales.
A nivel nacional, sin embargo, se evidenciaron subas en los precios del
cereal. La cotización enero de 2017, terminó el 2016, con un alza
interanual de 16,4%.
En cuanto a los resultados en el centro norte de la provincia de Santa
Fe, el trabajo indica que “en promedio se obtuvo un margen bruto
en campo propio de U$S 160,4 por hectárea en San
Justo y de U$S39,7 en General Obligado, montos que mejoran los números
obtenidos en la campaña previa (U$S 45,1 y U$S 4,8, respectivamente); y
en los últimos ciclos agrícolas, en los que el trigo se veía afectando
por restricciones a la comercialización de los granos”.
Asimismo; se sostiene que la mejora significativa en la relación
insumo-producto a fecha de siembra y las reglas más claras para el
sector, “dio lugar a que se incremente la utilización de tecnología y
hubiera una mayor fertilización respecto de los últimos años”,
constituyendo éstos, los principales factores explicativos del
incremento de los rendimientos del cultivo.
El trabajo concluye diciendo que “los costos en dólares de producción,
cosecha y comercialización fueron menores en este año, lo que terminó
siendo, junto con los mejores rindes, el hecho diferencial que permitió
mejorar los magros resultados que se venían obteniendo”.