Sí, una sola voz (USV). Muy distinto de tener un solo pensamiento. Esto nos permitirá enviar mensajes claros al Gobierno, al resto de la cadena, a la comunidad y a nosotros mismos respecto a cómo y cuánto queremos producir y a qué precio lo queremos vender. Sin regulaciones, sin intervenciones pero con el poder de un sector que sabe lo que quiere.

 

Por muchas razones, somos el sector más vulnerable de la cadena y por eso necesitamos unirnos más que nadie. Desde la falta de infraestructura hasta la despojada actitud de entregar un valor equivalente a toda la renta anual sin saber a cuanto se está vendiendo, nos impulsan a demandar y demandarnos un espacio de debate permanente que nos represente a todos y tenga un mecanismo de financiación.

 

La lechería, como otras actividades, está sometida a vaivenes de la economía internacional y nacional, cuya expresión el precio, hunde en nuestro país la ilusión de generaciones de tamberos. Los argentinos soportamos la onda expansiva de los ciclos en la parte más alejada del centro, que es donde más se hace sentir. Cada ciclo deja el tendal de tambos y tamberos que nunca volverán a serlo y a la industria sin sus proveedores. No hay remedio pero hay paliativos, muchos países los usan. Herramientas anticíclicas, contratos, seguros y otros más. No se trata de unificar el pensamiento, se trata sí de unificar el mensaje para dar paso a la acción.