Con etse aumento de un 50% con respecto al año anterior, la
Argentina ocuparía el cuarto puesto en el ranking de producción mundial
de biodiésel, al obtener un 9% del total de más de 30 millones de
toneladas, tres puntos porcentuales más que en 2015.
Luis Zubizarreta, presidente de CARBIO, dijo:"La fluidez del diálogo y
la disposición de las carteras de Energía y Agroindustria para promover
el consumo de biodiésel en áreas como transporte público de pasajeros,
generación eléctrica y encauzar algunos problemas sobre transparencia
de la información, y protocolos de certificaciones de sustentabilidad,
han contribuido decisivamente para conseguir este récord de
producción". Además, agregó que se abren buenas perspectivas para 2017,
esperan afianzar estos resultados con ajustes necesarios, como la
anulación de los derechos móviles a la exportación de biodiésel, para
estar a la altura de los desafíos que propone el mercado mundial.
El mercado interno de biodiésel en la Argentina se ha consolidado con
el incremento en el corte obligatorio, llegando actualmente al 10%, al
igual que Malasia, mientras Brasil y Tailandia se encuentra en un 7%, e
Indonesia lidera con el 15% del corte de gasoil con biodiésel.
En los países mencionados aprovechan la amplia disponibilidad de
materia prima para reemplazar importaciones de gasoil, donde el agro se
posiciona como productor de energía renovable.
El biodiésel nació como un producto para exportación. En poco más
de un lustro, la Argentina pasó a ser el principal exportador mundial
de este biocombustible con el que se mezcla el gasoil. Sin embargo, en
2012 la UE, que representaba el 90% de las exportaciones argentinas de
biodiésel, aplicó injustificada e ilegalmente aranceles por supuestas
prácticas de dumping, lo que provocó el cierre de esas exportaciones.
A partir de entonces, la Argentina tuvo que salir a buscar nuevos
mercados y adecuar la operatoria de exportaciones. Así, en Estados
Unidos, que tiene alta exigencia, las empresas locales pudieron
cumplimentar satisfactoriamente las certificaciones de sustentabilidad,
por lo que se convirtió en el principal mercado de biodiésel argentino
en 2016. A la vez, la Argentina demostró la competitividad de esta
producción.
En 2016, la Organización Mundial de Comercio (OMC) hizo lugar en forma
definitiva al reclamo argentino por los aranceles impuestos por la UE,
al igual que la Corte de Justicia Europea. Esto implica que los
despachos a este destino deberían reactivarse en los próximos meses.
Asimismo, CARBIO destacó en ese proceso la labor de la Cancillería
argentina que ha defendido eficazmente al biodiésel
argentino contra aquellas medidas proteccionistas de la UE que se han
demostrado infundadas.
Sin embargo, resultó negativa en 2016 la aplicación por Perú de medidas
anti-subsidios y antidumping al biodiésel argentino, de la misma manera
que había sucedido con la UE. La evolución de tales exportaciones a
Perú muestra que, desde 2012 hasta 2015, ese mercado compró en promedio
unas 195.000 toneladas de biodiésel argentino, que representan, a
valores de hoy, aproximadamente 147 millones de dólares en ingreso de
divisas para el país.
"En 2017 continuaremos impulsando los reclamos de la Argentina contra
estas medidas injustificadas para que sean prontamente resueltos en el
marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o en ámbitos
bilaterales, para poder volver a exportar biodiésel a Perú," añadió
Zubizarreta.
La industria del biodiésel se caracteriza por su potencial como
dinamizador del desarrollo de industrias vinculadas. Impulsa el
crecimiento de la industria de la glicerina y derivados, en la que se
logró la sustitución plena de importaciones y se pasó a exportar, y
genera demanda sostenida de químicos como el metanol o el metilato, con
capacidad de producción doméstica. Asimismo, el sector también podría
inducir efectos indirectos horizontales para la generación de
biocombustibles de segunda o tercera generación.
El diálogo y el trabajo conjunto entre Estado-sector privado (con las
áreas de energía, agroindustria, transporte, medio ambiente y
relaciones exteriores) posibilitan construir una perspectiva aún más
auspiciosa para la producción y la exportación del biodiésel
argentino.