Este informe tiene como objetivo presentar los valores actualizados de variables meteorológicas tales como precipitaciones, dinámica de napa freática, contenido hídrico del perfil de suelo, temperaturas máximas, mínimas y medias, heliofanía efectiva, humedad ambiente y evapotranspiración potencial desde enero de 2016 hasta la fecha del informe, en comparación con registros históricos tomados en el observatorio meteorológico de la EEA INTA Marcos Juárez.
Precipitaciones y evolución de napa freática
En gráfico nº1 se observa que la distribución y magnitud de las precipitaciones del corriente año han demostrado gran variabilidad con respecto a la media para nuestra región, superando el promedio durante el primer semestre y haciendo notar su ausencia durante el segundo semestre como consecuencia del efecto del fenómeno climático de “La Niña” actualmente en curso.
Si bien en el segundo semestre del corriente año las precipitaciones han ocurrido de manera escasa y se han visto reducidos los contenidos hídricos de los suelos, el reservorio de agua que representa la napa freática para los cultivos deja en claro la oportunidad de aprovechar el agua que en otro momento de exceso no pudo ser consumida y quedo almacenada en el suelo. Esta oportunidad se manifiesta claramente en los cultivos que en el mes de diciembre no están sufriendo estrés hídrico, tal es el caso del cultivo de maíz que se encuentra en el estado fenológico V7 con prácticamente 2 m de altura y en menor medida el cultivo de soja que en su mayoría se encuentra iniciando el periodo reproductivo con profundidades de raíces que claramente no pueden acceder al aporte freático siendo reducidas sus tasas de crecimiento y mostrando marchitez temporaria durante las horas de mayor demanda atmosférica.
En los lotes que provienen de trigo o gramíneas invernales, la siembra de los cultivos de segunda se han demorado debido al atraso de la cosecha de la gramínea y al escaso contenido hídrico del horizonte superficial (0-20 cm) fruto del consumo realizado durante el invierno y la falta de recarga estacional por parte de las precipitaciones.
En el gráfico nº2 se observa el contenido hídrico en porcentaje, para facilitar la comparación entre la ocupación de cultivo y los contenidos hídricos de punto de marchitez permanente y capacidad de campo. El contenido hídrico del perfil de suelo muestreado cuenta con influencia de napa a 1,90 m y tiene diferentes cultivos implantados (trigo/soja2ª, maíz 1ª y soja 1ª).
El contenido hídrico del horizonte superficial (0-20 cm) no supera el 20% de humedad en ninguno de los casos, siendo muy cercano al contenido hídrico teórico de punto de marchitez permanente (PMP), el cual será alcanzado en los próximos días en caso de no ocurrir precipitaciones. La situación cambia a medida que las raíces van profundizando hasta profundidades de 1,20 m en la cual el contenido hídrico del suelo se asemeja al valor teórico de capacidad de campo (CC). Esto se debe principalmente al aporte que la napa freática hace mediante capilaridad, la cual es una segunda oportunidad de aprovechar el agua de lluvia caída meses atrás. Todos aquellos cultivos con raíces ubicadas a profundidades superiores o iguales a 1 m no están sufriendo estrés hídrico por la ausencia de las precipitaciones.
Para revertir este déficit hídrico en el horizonte superficial se requiere de un aporte por precipitaciones no menor de 50 mm para alcanzar la capacidad de campo.
Temperaturas
El comienzo de 2016 se caracterizó principalmente por un verano extremadamente cálido y húmedo con presencia de altas temperaturas y eventos térmicos extremos (olas de calor) durante el primer trimestre del año, donde las temperaturas máximas fueron superiores al promedio mensual debido a la influencia del fenómeno climático “El Niño” que en dicha estación se encontraba en su máxima expresión.
El otoño en cambio se manifestó fresco y húmedo como es habitual en nuestra zona de influencia, con un abril que fue récord en días con precipitaciones (21) generando un temporal que provocó principalmente demoras en las tareas de cosecha, pérdidas de calidad de grano e inconvenientes en la logística.
Durante el trimestre junio-julio-agosto se observó una marcada disminución en las temperaturas máximas respecto a la media y, a la inversa, registros térmicos mínimos superiores a lo normal respecto a su promedio mensual. Esto implicó una estrecha amplitud térmica que generó un ambiente óptimo para los cultivos de invierno sin picos térmicos durante el mes de agosto (evento que se venía manifestando en años anteriores con marcada influencia en la calidad y rendimiento).
En este año, a diferencia de 2015, se manifestó una rápida salida del invierno, con temperaturas en ascenso que no dieron lugar a heladas tardías. Sólo el mes de septiembre presentó temperaturas máximas superiores a lo normal y luego hasta el día de la fecha los valores térmicos siguieron valores normales.
Heliofanía efectiva
Respecto a esta variable meteorológica, se evidencia en el grafico n°4 que las horas de luz por día estuvieron por debajo de la media en el bimestre abril-mayo en los meses de julio y octubre. Esta variable se vio afectada directamente por la predominancia de días con inestabilidad durante el primer semestre, siendo récord de reducida luminosidad el mes de abril como consecuencia del temporal explicado en líneas anteriores.
Humedad ambiente
La humedad ambiente durante prácticamente todo el año fue mayor a la media.
Evapotranspiración potencial
*Este informe es el resultado parcial del análisis de variables agroclimáticas ocurridas durante el 2016, el cual será actualizado y difundido en los primeros días del año 2017 por sus autores de manera final.