Más por obligación que por gusto, el oficialismo negociará a partir de hoy con la oposición los cambios en el proyecto sobre el impuesto a las ganancias que presentó el Gobierno la semana pasada. El escenario será la Cámara de Diputados y el foco estará puesto en el mínimo no imponible del tributo, que la iniciativa oficial aumenta en un 15 por ciento, mientras que la oposición presentó propuestas con subas que van del 25 al 50 por ciento.
El oficialismo, que busca darle media sanción el 6 del mes próximo, anticipó
que cederá en algunas de las pretensiones opositoras siempre y cuando -enfatiza-
a cada concesión se le garantice su correspondiente fuente de financiamiento,
para no agravar aún más el rojo fiscal. Por eso será crucial la reunión de hoy
en la Comisión de Presupuesto, donde los diputados recibirán a Alberto Abad,
jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Abad planteará
sin vueltas hasta qué punto son plausibles las propuestas tributarias del Frente
Renovador y del Bloque Justicialista, que desafían al Gobierno con que es
factible ser más generoso en la suba del mínimo no imponible si se gravaran
actividades que hoy están exentas, como la minería, el juego y la renta
financiera.
El Frente Renovador, liderado por Sergio Massa, quiere llevar el piso del
impuesto a $ 48.000 en bruto para casados con hijos y $ 34.000 para los
solteros. El justicialismo no kirchnerista, de la mano de los diputados Oscar
Romero y Diego Bossio, propone un mínimo de $ 60.000 para los casados con dos
hijos. Ambas iniciativas distan bastante de la suba acotada del 15% que presentó
el Gobierno, con la cual pasarían a pagar este tributo los asalariados que ganen
más de $ 21.712 netos sin hijos y $ 25.231 netos para el trabajador casado y con
dos hijos menores. El costo fiscal del proyecto es de unos $ 27.000 millones, ya
previstos en el proyecto de presupuesto 2017.
En cambio, la propuesta del Frente Renovador tendría un costo fiscal de $
52.000 millones. Para financiarlo, contempla los $ 27.000 millones del
presupuesto y que la diferencia se cubra con nuevos gravámenes, que, según sus
cálculos, permitirían recaudar $ 41.200 millones.
Massa propone eliminar la exención vigente sobre plazos fijos superiores a 1,5
millones de pesos, como también la exención que hoy tienen las personas físicas
en cuanto a los rendimientos de las letras y notas del Banco Central (Lebac y
Nobac) por montos similares a los que se proponen para plazos fijos (1,5
millones de pesos).
El proyecto también contempla la eliminación de la exención vigente sobre los
rendimientos de fideicomisos financieros y fondos comunes de inversión, aunque
se mantendrá para aquellos casos en que dichos instrumentos se utilicen para
proyectos relacionados con el consumo y la inversión real.
Además, la iniciativa elimina las exenciones vigentes para el reparto de
dividendos de grandes empresas, aplicándose una alícuota de 10%, como también la
restitución de las retenciones a la minería. Por otra parte, se dispone un
impuesto por única vez del 15% sobre la ganancia que se obtuvo por los contratos
de dólar futuro gestados en 2015. Por último, propone crear un impuesto a la
ganancia extraordinaria presunta sobre el juego, con un gravamen del 10% sobre
el capital de las máquinas tragamonedas.
Luciano Laspina: "El proyecto del oficialismo es equilibrado y progresista"
El diputado Luciano Laspina (Pro), presidente de la Comisión de Presupuesto, destaca que el proyecto del Gobierno para modificar el impuesto a las ganancias es "equilibrado y progresista" básicamente porque, después de 16 años, se actualizarán las escalas del tributo. "Ésa es la verdadera progresividad del impuesto, no tanto el mínimo no imponible", enfatiza el legislador, en respuesta a las críticas opositoras por la módica suba del piso del 15% del mínimo que propuso el Gobierno a partir del cual los asalariados deberán pagar el impuesto.
-La oposición quiere elevar el mínimo no imponible. ¿El oficialismo podría ceder?
-Es comprensible que, en el juego democrático, el Poder Ejecutivo sea más austero porque ejerce la responsabilidad de la gestión, mientras que la oposición sea más generosa. Pero lo cierto es que la propuesta que hizo el Gobierno eleva el mínimo no imponible al nivel más alto en América latina. Además, ajusta las escalas e incluye alícuotas más reducidas que las actuales para los ingresos más bajos. En el primer escalón, quienes tengan un ingreso imponible de hasta $ 61.000 anuales pagarían 5%. Y si alguien que no tributaba quedara alcanzado por el impuesto y recayera en la primera alícuota, en un primer año pagaría un 2%.
-¿Pero es factible aumentar el mínimo no imponible?
-Es una discusión que debemos dar todos, oficialismo y oposición, en un país con enormes restricciones presupuestarias y un 32% de pobres. El proyecto de Massa pretende subir el mínimo en un 50% y propone nuevos impuestos para solventar ese costo fiscal más alto. Hay que ver si esto es viable en un país ahogado por la presión tributaria. Más razonable es la propuesta de Margarita Stolbizer, que propone subir el piso en un 25%.
-El PJ y el FR proponen gravar la renta financiera y el juego. ¿Suena equitativo?
-Nosotros estamos filosóficamente de acuerdo con gravar la renta financiera, pero hay que ver que no se traduzca en una suba de la tasa de interés que afecte al crédito. El juego ya tiene impuestos provinciales, hay que ver que no haya una superposición de tributos. La oposición quiere restablecer las retenciones a la minería, pero se olvida que fueron las provincias mineras las que pidieron esas exenciones. La minería es como la soja en San Juan. Difícilmente pase el Senado. Además, la recaudación seguiría siendo baja.
-El proyecto oficial quita algunas deducciones. ¿Se puede revisar esto?
-Todo se puede discutir, incluso la propuesta de la oposición para que se deduzcan de Ganancias los préstamos hipotecarios o los alquileres.
Marco Lavagna: "El plan de Massa contempla un impacto fiscal más bajo"
Marco Lavagna, diputado del Frente Renovador, advirtió que, de aprobarse sin cambios el proyecto del Gobierno sobre Ganancias, unos 500.000 asalariados pasarían a pagar el impuesto. Si bien rescata la actualización de las escalas contemplada en el esquema oficial, insiste en que es necesario aumentar en forma paralela el mínimo no imponible del tributo.
-¿Qué objeta del proyecto del Gobierno?
-Ese texto tiene un gran problema, y es que, de aprobarse, incorporará más gente al pago del impuesto, sencillamente porque la discusión paritaria del año próximo seguramente va a plantear un aumento superior al 15%, que es el aumento que el oficialismo propone para el mínimo no imponible. Calculamos que con este proyecto el Gobierno va a incorporar entre 450.000 y 500.000 nuevos contribuyentes al impuesto.
-Pero se actualizan las escalas del impuesto.
-Ésa es la única buena noticia. Es un avance frente al enorme atraso que existía en esta cuestión. De todas maneras, la mejora es a medias, porque no se aumenta el mínimo no imponible. La modificación en las escalas no está mal, no es un tema conflictivo. Lo que sí hay que discutir es el mínimo no imponible y las deducciones: el Gobierno elimina las deducciones por cónyuge, por padres a cargo y por hijos sólo las acepta hasta los 18 años, siempre que éstos no trabajen. Sólo permite una mejora relativa para los solteros, de un 15% en la suba del mínimo no imponible, pero los casados no tienen mejora. En ese sentido, es un proyecto malo.
-¿Y ustedes qué proponen?
-Nosotros proponemos un piso mínimo no imponible de $ 48.500 mensuales para los casados con dos hijos, de $ 34.000 para los solteros y de $ 60.000 para los jubilados. Además, y esto es un punto importante, queremos que la actualización del mínimo y de las escalas sea automática, que no dependa de la decisión arbitraria del Poder Ejecutivo.
-El oficialismo afirma que el costo fiscal del proyecto que presentó el FR (que propone elevar el mínimo no imponible en un 50%) es muy alto.
-El impacto fiscal de nuestro proyecto es más bajo que el del Gobierno. Esto es así porque la propuesta oficial es todo costo ($ 27.000 millones anuales), mientras que la nuestra está asociada a nuevos ingresos (renta financiera, juego, restablecimiento de las retenciones a la minería). Además, estos nuevos impuestos serían impuestos coparticipables, por lo que los gobernadores no van a sufrir mermas en los ingresos que reciben de la Nación.
Diego Bossio: "Es hora de que el Gobierno se ocupe de los sectores medios"
El proyecto que presentaron los diputados Diego Bossio y Oscar Romero (Frente Renovador) corre con la ventaja de contar con el aval de los gremios, punta de lanza del reclamo ante el Gobierno de una reforma más estructural y ofensiva del impuesto a las ganancias.
"Nosotros proponemos un piso mínimo no imponible de $ 60.000 mensuales, y si bien es un poco alto, podemos discutirlo en el marco de una serie de temas que a nosotros nos interesaría mucho incluir en la reforma del impuesto", enfatizó Bossio.
-¿Qué temas son ésos?
-Por ejemplo, que no se graven las horas extras. Eso genera una complicación real, porque quien quiere trabajar más finalmente no lo hace porque debe tributar Ganancias. También proponemos exceptuar del impuesto los alquileres (un tema que incorporó Sergio Massa en su proyecto), como también los aguinaldos; todos los años se discute este tema y queda al arbitrio del Poder Ejecutivo. Nosotros creemos que el aguinaldo no debe pagar Ganancias. Lo mismo con los jubilados: sus haberes deben quedar exentos.
-Pero el costo fiscal, dice el oficialismo, es muy alto.
-Es un costo fiscal alto, sí, podemos evaluar alternativas. Pero lo que no se puede es aprobar el proyecto del Poder Ejecutivo tal como está: no sólo ingresarían más trabajadores al pago del tributo, sino que los actuales contribuyentes pagarán más en términos reales. Nuestra vocación es arribar a un acuerdo con el resto de la oposición y que sea razonable.
-El proyecto suyo, como el de Massa, también propone nuevos impuestos. ¿Alcanza para financiar una suba del mínimo?
-Nosotros proponemos aplicar un impuesto extraordinario por única vez al dólar futuro. A principios de año el dólar futuro tuvo ganancias extraordinarias; calculamos una recaudación de unos $ 11.000 millones de pesos. También proponemos un impuesto al juego, sería un tributo nacional: allí se recaudarían unos $ 3500 millones anuales. Por gravar la renta financiera, otros $ 4000 o $ 5000 millones de pesos; la restitución de las retenciones a las mineras, unos $ 4000 millones. Lo que pasa es que aquí hay muchos intereses en contrario, pero lo cierto es que en todos los países del mundo hay imposiciones de ese tipo.
-¿Pero no se agravaría la presión tributaria, de por sí alta?
-Se apunta a los sectores concentrados de la economía. Sería hora de que el Gobierno se preocupe por la situación impositiva de los sectores medios, de los autónomos y de los monotributistas, hasta ahora los más afectados por la situación económica actual.