Los mercados –no sólo los agrícolas- todavía se encuentran en shock.
Se quemaron los papeles de los analistas, encuestadores y pronosticadores de la política. Ganó Trump. Contra lo previsto, Hillary Clinton quedó afuera. No habían todavía digerido la irrupción del Brexit, cuando como balde de agua helada, les cayó la noticia: Trump había ganado.
A falta de escenarios alternativos en los análisis, todos se preguntan: and now…. what?
Veamos…
Hoy por hoy, lo seguro es que el mundo resulta una incógnita. Y la política exterior de nuestro país deberá adaptarse a ello. A un cuadro extremadamente cambiante.
Los primeros indicios muestran que, en la nueva etapa, EE.UU. tenderá a una política fiscal expansiva y a una política comercial proteccionista.
Nos interesa especialmente cómo el proteccionismo afecta los mercados de granos.
Como sabemos, el proteccionismo pone foco en el favorecimiento de las empresas locales y, por ende, el empleo. Trata de favorecer la producción interna. Pero ello no es gratis: las relaciones internacionales se complejizan. El principio de retaliación, en el comercio es una práctica clásica, cuando campea el proteccionismo.
Si el proteccionismo norteamericano incluye la relación con China, ésta tenderá a responder de la misma forma. Es posible que, en tal caso, en lugar de buscar productos agrícolas en América del Norte, lo haga en América del Sur.
En respuesta a cualquier impedimento en la entrada de productos chinos por parte de EE.UU. el gigante asiático responderá dejando de importar commodities agrícolas de este país. En tal caso, deberá dirigir su mirada hacia el sur.
En el sur, está nuestro país. Y como sabemos Argentina no es un gran exportador de productos a EE.UU. De hecho, las exportaciones de commodities agrícolas son casi exiguas. Donde la cosa es muy distinta es en el área de los productos regionales como arándanos, tés, aceites de oliva, vinos, etc. Estos productos sentirán el golpe.
Vale recordar que EE.UU. es el principal importador del mundo (importa por cerca de 3 billones de dólares) y tiene un déficit comercial enorme.
Si el proteccionismo restringe el ingreso de productos de China, ésta quedará afectada en su poder de compra. Habría que prever que la capacidad importadora de China podría reducirse.
Pero, no sería lógico creer que la restricción llegue a la soja y otros productos primarios. Más bien las autoridades chinas restringirían el ingreso de productos suntuarios.
Esta es una buena noticia para los agricultores. En medio de tantas pálidas, parece que al menos los granos serían menos perjudicados. Habrá que ver cómo sigue la película.
Con relación a la política fiscal expansiva, Trump implementaría un programa de inversión en infraestructura y baja de impuestos a las empresas, que induciría a una suba en la tasa de interés de EE.UU.
Ello más la debilidad de las principales monedas como el euro, genera un empuje sobre el valor del dólar.
Algo que ya estamos observando. El dólar sigue apreciándose en relación a las otras monedas.
El índice realizado por Reuters respecto a una canasta de monedas, sitúa al dólar en los niveles más elevados observados desde enero último.
La fortaleza de la moneda estadounidense es enemiga de la mejora de los precios de los productos agrícolas. Cada vez que se eleva el valor del dólar, se encarecen estos productos en el exterior de EE.UU. y así la demanda decae.
Evolución del dólar (Euro/Dólar)
Bueno… así están las cosas. Si algo está claro es que el cuadro inmediato se ahoga en la incertidumbre.