El USDA ha vuelto a incrementar los volúmenes de producción de soja (súper récord de 118,69 millones de toneladas) y de maíz (súper récord de 386,75 millones) y Chicago ha tomado nota de ello. Para Brasil, el USDA mantiene su estimado de producción récord de soja en 102 mill./t y en el caso del maíz, en la segunda mayor cosecha de su historia, con 83,5 millones. No hay dudas que el mundo está inmerso en un mar de soja (336 mill./t) y de maíz (1030 mill./t), de la misma forma que asistimos a un consumo mundial récord de ambos productos.
En el caso del maíz, el consumo mundial se proyecta en el récord de 1022 mill./t y en soja también es récord, con 328,7 millones. Sin embargo, en la Argentina asistimos a un mercado que va mostrando cada vez más dependencia de lo que sucede localmente (atraso en las siembras de soja y daños en los cultivos sembrados de la oleaginosa y de maíz) que de lo que pueda estar mostrando Chicago. Por caso, esta semana la soja en Chicago perdió casi 8 dólares por tonelada luego del informe del USDA y en nuestro mercado la soja de la nueva cosecha perdía solo 3 dólares.
Para nuestro país han sido mucho más relevantes e importantes los cambios que se han producido en las variables que impactan directamente en el negocio agrícola: salida del cepo, liberación del mercado cambiario y eliminación de retenciones, que los cambios potenciales que pudieran producir el nuevo gobierno de los Estados Unidos. Destacando que en este último caso, los eventuales cambios van a afectar a todo el comercio agrícola mundial.
Dicho esto, nos enfocamos en analizar cómo el productor debe enfrentar el nuevo modelo del negocio agrícola, considerando que muchas variables e incertidumbres pasadas hoy están más definidas. A partir de la actual estabilidad cambiaria y económica, el productor ya no tiene excusas para no tomar decisiones. Los viejos tics de los productores: vendo cuando lo necesito o no vendo por temor a la devaluación o retengo mi soja en el silo pues siempre vale más a fin de año, van a dejar paso a nuevos pensamientos como: vendo cuando es mi mejor negocio, vendo cuando mi margen bruto es el más alto de la serie, vendo y coloco mis dólares en Lebacs o en bonos en dólares.
El nuevo modelo del negocio rompe todos los paradigmas, pues el productor debe tener en claro a partir de ahora que no solamente cosecha dólares, sino también granos. En economías estables, sin sobresaltos en el valor del dólar y con tasas de interés razonables, el negocio de producir pasa a ser un negocio financiero. En el fondo, cualquiera puede producir granos, pero no cualquiera lo puede hacer en forma sustentable, rentable, con alto nivel tecnológico y maximizando la utilización de herramientas financieras hoy disponibles para todos.
La decisión del productor parte de la base de conocer cómo se proyectan las variables que van a impactar en el futuro de su negocio y hoy todas estas variables están definidas. El productor tiene disponibles los precios de sus granos a futuro en el Matba y los valores del dólar a futuro en el Rofex. Además, tiene en su porfolio la chance de invertir sus excedentes en momentos de liquidez, ya sea en Lebacs a tasa en pesos o en títulos en dólares (Bonar 16 o Bonad 17).
Si el mercado de futuros me está indicando una baja, ¿por qué motivo voy a retener el grano y no venderlo? Debería venderlo en forma inmediata y los dólares/pesos que cobra colocarlos para maximizar la ganancia financiera y mejorar la rentabilidad global del negocio.