El hecho más relevante sin dudas ha sido la creación de la
Subsecretaria de Control Comercial Agropecuario, recuperando
así el Ministerio las facultades de aplicar las sanciones previstas en
la Ley 21.740, que con motivo de la disolución de la ONCCA,
fueron transferidas al Ministerio de Economía. Esta Subsecretaría que
estará a cargo del Dr. Marcelo Rossi, funcionario que viene trabajando
en el Ministerio y que cuenta con el antecedente de haber sido el
Presidente de la ex ONCCA tendrá la misión de hacer cumplir la
normativa atinente al comercio agropecuario.
Seguramente la Subsecretaria será una herramienta importante para el
cumplimiento del objetivo final que es lograr la transparencia del
sistema, pero requerirá del trabajo coordinado de otros
organismos: en materia sanitaria el SENASA y los gobiernos
provinciales, en materia fiscal la AFIP y en materia laboral el
Ministerio de Trabajo de la Nación y de las provincias como también de
la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, entre otros.
Destacamos la coordinación del accionar en ese sentido que realiza el
Ministro Buryaille, quien esta semana generó una reunión de toda la
dirigencia de la industria frigorífica con el Ministro de Trabajo Dr.
Jorge Triaca donde se le platearon de manera unívoca la necesidad de
contar con la homologación de la escala salarial acordada en el mes de
agosto y vigente desde Julio, como también la necesidad de
que haya una única escala salarial aplicable en todo el país
independientemente de cuantas Federaciones de trabajadores existan.
Resulta indispensable tener una escala salarial uniforme para igual
tarea, que la misma sea cumplida por todos los establecimientos
faenadores independientemente del tipo societario de explotación
(cooperativas, municipales, sociedades anónimas, unipersonales, etc) y
que también se exija y obligue a dichos empleadores al cumplimiento de
las obligaciones previsionales, de seguridad social y seguros
en salvaguarda de los trabajadores y sus familias en primer lugar y
para garantizar la sana competencia entre empresas en segundo término.
En la misma línea, la reunión mantenida en el Ministerio de
AgroIndustria entre AFIP, ARBA, SENASA, Ministerio de Agroindustria de
la Provincia de Buenos Aires, INAES es otro hecho para destacar y
demuestra la vocación de involucrarse en resolver la problemática que
desde hace muchos años venimos denunciando como prácticas desleales.
El negocio de ganados y carnes como lo demuestran las notas que
contiene el presente newsletter va lentamente por el camino de la
recomposición del stock, además continúa la retención de vientres y se
empieza a ver un incremento de la faena de consumo con motivo de la
salida de animales encerrados en invierno, el gran desafío es volver a
producir novillos.
Para mejorar cualitativamente la producción de kilogramos es necesario
que los animales que se envían a faena tengan más peso, que se
produzcan novillos y para acelerar ese proceso se necesita
financiamiento, porque si el sector lo tiene que hacer por su
cuenta, el ritmo será lento como se viene observando en los
últimos años. La categoría novillos representaba casi el 35% de la
faena total una década atrás, hoy solo representa el 20%, para
recuperar la participación de esa categoría en la faena nacional se
necesitan producir 2 millones de cabezas que deben ser retenidas y
recriadas a pasto debiendo el sector (al retener ese capital que hoy es
parte del flujo financiero) disponer de U$S 800 millones, lo que
resulta imposible para el sector privado sin financiamiento externo. El
desafío para acelerar este proceso es crear un instrumento financiero
ágil que permita a la producción retener animales sin ver afectado su
flujo de caja.
Lograr incrementar la faena de la categoría novillos en 2 millones de
cabezas implicaría agregar de mínima entre 150 y 200 mil toneladas de
carne con el mismo stock y volumen de faena actual, lo que sería una
producción equivalente a las exportaciones totales de carne de los
últimos años de nuestro país.