Para el productor/tenedor local de granos, lo que fundamentalmente define el precio de su mercadería proviene del precio internacional y del tipo de cambio.
El precio internacional, básicamente, se define en Chicago mediante la acción de la demanda y la oferta.
El tipo de cambio se establece en el mercado cambiario, con suaves intervenciones del Banco Central. Según evolucione el tipo de cambio, mayor o menor será –siempre y cuando no cambie el precio internacional- el poder adquisitivo de un grano (de soja, maíz, etc.)
Entonces, dirijamos nuestra atención a este punto.
Se habla mucho de la lluvia de dólares.
La afirmación es ilustrativa porque realmente ha ingresado al país una gran cantidad de divisas. No olvidemos que al arranque de este gobierno, las arcas del Banco Central se hallaban en un peligroso nivel.
La entrada de dólares no se explica por las exportaciones. Lo que realmente sucede es que, a lo largo del año, inversores más bien especulativos han aprovechado las elevadas tasas de interés de nuestro país.
Como en el exterior las tasas de interés son casi nulas, estos inversores traen sus dólares, los venden y los vuelcan al sistema financiero y/o la compra de bonos argentinos que rinden mucho.
Por ejemplo, las Lebac a 35 días otorgan un interés anual de casi 27%, en tanto que el dólar prácticamente no se mueve.
En suma, nuestro país ofrece una elevada rentabilidad a los capitales extranjeros; éstos ingresan para aprovechar la oportunidad. Pero una vez que logren hacer una buena ganancia tenderán a “volar” hacia otro lugar que brinde una mejor oportunidad.
Mientras este esquema de ingreso de divisas no se interrumpa, la posibilidad de que haya una depreciación de nuestra moneda es bajísima. Y por el contrario, el escenario de mayor probabilidad se basa en un paulatino retraso cambiario.
Tal esquema se acentuará con el blanqueo de capitales. Hoy lunes 31, por ejemplo, vence el para para la apertura de cuentas bancarias especiales para que los contribuyentes depositen, hasta el 21 de noviembre, el dinero en efectivo que desean regularizar. Se estima que hasta el día mencionado, ingresarán alrededor de 5 mil millones de dólares.
El gráfico nos muestra que, durante este año, pese a la alta inflación imperante, desde julio pasado el dólar se mantiene en el mismo nivel. Peor aún es esta consideración, si tomamos en cuenta que en marzo, la divisa había superado el techo de $16.
Es más que posible que, por varios meses, no se produzca ningún cambio al respecto.
En todo caso, si hubiera que establecer una fecha, habría que decir que a medida que nos aproximemos a las elecciones aumenta la probabilidad de que buena parte de los dólares ingresados busquen otros horizontes.
Obviamente, si el partido gobernante consigue un fuerte triunfo, las posibilidades de que este proceso se revierta son casi nulas.
Mientras tanto, lo más seguro es que el dólar camine por detrás de la inflación.
Dado que los granos están atados al dólar, por este lado, no podemos esperar mejoras sino todo lo contrario.
Si cambiamos la página y miramos ahora a Chicago….¿qué advertimos?
Pese a la generalizada previsión de una cosecha récord en América del Norte, los valores de la soja y el maíz no cayeron como se pensaba.
Es más, hoy por hoy, el mercado internacional se muestra bastante fortalecido.
En consecuencia: si el dólar va ir perdiendo capacidad adquisitiva (hasta por lo menos mitad del año próximo), y el mercado internacional de los granos se mantiene estable, lógico sería no demorar mucho más cualquier venta que sea necesario hacer.