Dicen que mucha gente afirma que estaba mejor con los Kirchner que ahora. ¿Es cierta esta afirmación en caso que haya gente que afirme que estaban mejor con los Kirchner? Mi respuesta es sí pero basado en una ficción.
Veamos, durante 12 años el kirchnerismo utilizó, para estimular el consumo artificial, además del viento de cola, el stock de capital existente. Nos confiscó nuestros ahorros en las AFJP y usó esos ahorros de largo plazo para financiar el consumo artificial. Limitó las exportaciones de carne e hizo que la carne fuera artificialmente barata pero a costas de consumirnos 12 millones de cabezas de stock ganadero, por eso hoy cuesta una fortuna hacer un asado. Frenó los aumentos de tarifas de los servicios públicos dejando que se cayera el sistema energético. Lo que la gente dejaba de pagar por la cuenta de luz, lo destinaba a pagar la cuota del celular y los ejemplos al respecto pueden seguir.
Supongamos que vendo mi casa y el auto y me voy 1 año de viaje por Europa disfrutando de los mejores hoteles, restaurantes y comodidades. Cuando se me acaba la plata vuelvo a la Argentina y no tengo dónde ir a vivir, no tengo auto y encima me tengo que poner a trabajar. ¿Estaba mejor cuándo estaba en Europa? Obvio, lo que no cuento es cómo financié ese viaje y la ficción que fue vivir sin trabajar durante un año.
Eso es lo que hizo el kircherismo. Reventó el stock de capital acumulado, además de destruir impositivamente a un sector de la sociedad, para financiar una fiesta de consumo artificial. Entonces ahora puede ser que algún despistado diga que antes estábamos mejor, lo que no dice es que esa forma de consumir no era sostenible en el tiempo. Que recurrieron a una gran ficción y que si hubiese ganado las elecciones el kirchnerismo o Cristina Fernández hubiese seguido en el poder, estaríamos peor que ahora (ver el caso Venezuela con el chavismo) y camino a una sistema cada vez más autoritario. La Argentina hubiese sido un calco de lo que describe von Hayek en Camino de Servidumbre.
De manera que si bien es cierto que con el kirchnerismo Argentina era una fiesta, era una fiesta que no podía seguir eternamente. Me parece que esto es lo que le falta explicar a la gente de Cambiemos. Transmitir con sencillez porque la gente cree que antes se vivía mejor que ahora.
De lo anterior no se desprende que yo coincida con la política económica del macrismo. Si bien el macrismo quitó las medidas económicas más guarangas que había dejado el kirchnerismo, como el cepo, la deuda con los holdouts, los controles de precios, etc., claramente no se animó ni a corregir los precios relativos (sigue regulando el tipo de cambio vía la tasa de interés), ni a hacer una reforma impositiva de fondo, ni a encarar una reforma del estado, ni a proponer una reforma laboral. Obviamente que no estoy diciendo que todas estas medidas estructurales tendría que haberse hecho en los casi 11 meses que lleva el macrismo en el poder, pero tampoco quedarse paralizados o incluso profundizar las medidas k como cuando funcionarios del gobierno se enorgullecen de que ahora hay más planes sociales que en la era k.
Mi punto es que hoy estamos peor que en la era k porque la era k fue una ficción de consumo, pero podríamos estar no tan mal si Macri hubiese elegido otro camino que el progresismo por el que optó.
Acá hay un dato que es relevante que el gobierno no quiere hacerse cargo que es que a Macri le vendieron el cuento de que es posible esquivar cualquier reforma y baja del gasto público. Le vendieron que por un efecto mágico la economía va a crecer y, por lo tanto, el gasto público va a disminuir su peso sobre el sector privado. Nada indica que ese efecto mágico vaya a producirse. Este gasto público aplasta y asfixia al sector privado sin dejarlo producir.
Recordemos que la contrapartida del gasto público es la carga impositiva, el endeudamiento interno que genera el desplazamiento del sector privado del mercado crediticio, el endeudamiento externo que hace caer el tipo de cambio real afectando las exportaciones o la emisión monetaria que produce inflación.
Por ejemplo, lo que podría hacer el gobierno es, en vez de tomar deuda para financiar el déficit fiscal o hacer obras públicas, tomar deuda para financiar las indemnizaciones del sector público y reducir la enorme planta de personal. Baja el gasto y puede reducir la presión impositiva. La menor presión impositiva es un ingrediente para crecer y con el crecimiento de largo plazo se paga la deuda tomada para financiar la reducción del empleo público que dejó el kirchnerismo.
Respecto a los planes sociales, se puede utilizar la plata de fútbol para todos y algunos programas más para financiar escuelas de artes y oficios que podrán ser manejadas por las parroquias de cada barrio. Hoy en día faltan carpinteros, gasistas, electricistas y mil oficios más para las cuales podrían calificar quienes hoy reciben planes sociales. Una vez terminado el curso, podría ganarse la vida y el estado en menos de un año empezar a recortar la ayuda que los contribuyentes le brindan a quienes reciben un subsidio. El que vive sin trabajar empieza a generar riqueza con su trabajo y el contribuyente puede consumir más o ahorrar más por la menor carga tributaria que tiene que soportar. Todos mejoran su nivel de vida, salvo el que vivía de un subsidio si es que no le gusta trabajar.
Volviendo al tema de la deuda, a mí entender es mucho más lógico endeudarse para sanear el sector público y mejorar los flujos futuros de ingresos y egresos que endeudarse para seguir sosteniendo un estado que no le sirve a nadie.
Acá lo primordial es atraer inversiones para absorber la mano de obra que anualmente se incorpora al mercado laboral. Además hay que generar puestos de trabajo para los que viven de subsidios. Unos conseguirán mantenerse con los oficios que aprendan y otros podrán ir a trabajar al sector privado al igual que los empleados públicos.
Argentina necesita crear las condiciones institucionales necesarias para tener una tasa de inversión del orden del 30% del PBI de manera de crear los puestos de trabajo necesarios para solucionar el problema de flujo (jóvenes que anualmente se incorporan al mercado laboral) y stocks (gente que vive de subsidios y empleo público).
En síntesis, si uno dice que en la era k estábamos mejor, está diciendo una verdad a medias porque no aclara que era una ficción. Por otro lado, parte de la mala situación que hoy vive la gente es herencia del desastre que dejó el kircherismo, pero claramente podríamos estar mucho mejor si el gobierno dejara esa tendencia progre y se pusiera en serio a cambiar las reglas de juego para lograr esa inversión necesaria para crear puestos de trabajo.
Mientras tanto es obvio que no vamos a estar como estábamos en la fiesta populista k, pero se puede cambiar el rumbo sin dejar a la gente abandonada. El tema es dejar esa manía progre por la cual el estado “cuida” a la gente y empezar a liberar a la gente de las ataduras que le impone el estado para que la gente pueda desarrollar su capacidad de innovación.
Solo cuando se animen a empezar a bajar gasto público y a reducir la carga tributaria, la economía comenzará a transitar una senda de crecimiento de largo plazo y entonces, seguramente con el tiempo, se podrá afirmar que estamos mejor que con el kirchnerismo, pero en serio y no en forma artificial como en la era k.
Fuente: Economía para Todos