Ayer llovieron entre 60 y 80 milímetros más en la zona de General Villegas,
en el noroeste bonaerense, y se rompieron todos los récords. En cien años, el
promedio de las lluvias de octubre es de 100 milímetros, pero con las últimas
precipitaciones se alcanzaron los 300 milímetros. Incluso hay zonas de ese
partido que ya se arrimaron a los 400 milímetros en lo que va del mes. Tampoco
la está pasando bien el norte de La Pampa, donde también hay miles de hectáreas
bajo el agua.
A la paralización de la campaña agrícola para el maíz y la soja, con las
consiguientes dudas sobre cuándo se va a poder retomar, se van sumando más
problemas en General Villegas. Esto es, productores que quedan aislados en sus
campos por caminos cortados, problemas para quienes no pudieron sacar su
hacienda a tiempo, pérdidas de producción de leche en los tambos y, como si
fuera poco, una enorme incertidumbre por cuánto tiempo más va a estar el agua en
los campos inundados.
Un viejo Unimog modelo 1973, que un vecino de apellido Bergonzi facilita a
Defensa Civil, está siendo usado para llegar a los campos con ayuda para quienes
no pueden salir por los caminos intransitables.
"Mucha gente está aislada y otra se quedó cuidando la hacienda. Lo único que hay
para moverse es un Unimog con el cual se está asistiendo a los campos", contó
Héctor Quiroga, un ingeniero agrónomo de la zona que está colaborando con las
tareas de asistencia. Hace diez días que el vehículo no para y su combustible lo
pagan los productores.
De esas dificultades sabe Dominic Gunningham, que está en una parte más alta del partido y algo menos afectada, pero con dificultades. De cuatro caminos de accesos al establecimiento, hasta ayer tenía uno "pasable" con un rumbo a la zona de Piedritas. Con las últimas lluvias, también se le cortó esa opción.
"Para salir ahora estamos pidiendo permiso para pasar por el camino interno de un vecino", dijo este productor, que lleva el registro de lluvias desde 1906.
"Ya es imposible sacar la hacienda (en el partido hay unas 400.000 cabezas) y
si el agua se queda se va a perder la alfalfa. También está complicada la
entrada de alimentos", agregó el productor.
Santiago Rodríguez Ribas, productor, dice que en este contexto "no se puede hacer nada" hasta tanto se tenga un diagnóstico de las pérdidas. "Estamos paralizados", dijo. Pensaba iniciar la siembra de soja el 20 de este mes y no pudo. Si el clima se lo permite, lo debería hacer antes del 15 de noviembre porque a partir de esa fecha se empieza a perder potencial de rinde.
Desde la Federación Agraria Argentina (FAA), que ayer pidió medidas de asistencia para los productores inundados, Jorge Solmi, referente en la provincia, trazó un duro pronóstico. "Muchos productores chicos directamente van a desaparecer", expresó el dirigente de la entidad.
En la provincia de Santa Fe también hay dificultades. Allí, en el norte provincial, lluvias cercanas a los 300 milímetros provocaron situaciones de emergencias en Las Toscas y Villa Ocampo, departamento General Obligado. Allí hace dos días que no se dictan clases, toda la red caminera de pisos de tierra está intransitable y, además, se prevé que el panorama se agrave en las próximas horas porque se pronostican nuevas precipitaciones.
Con la colaboración de José E. Bordon