El complejo procesador de granos de la Argentina espera compensar la caída en el precio de sus embarques de aceite de soja con un crecimiento en las exportaciones de biodiésel, según dijeron ayer a la agencia Reuters representantes del sector. La Argentina es el principal proveedor mundial de aceite y de harina de soja, pero desde hace años su pujante polo industrial atraviesa problemas para comercializar sus productos en los mercados internacionales. Una paulatina reducción en las importaciones de aceite de soja -la materia prima con que se elabora el biodiésel- por parte de China, que este año directamente cesó la compra del producto argentino, obligó a las empresas a buscar nuevos mercados y a competir con derivados más baratos.
"Es muy importante el tema del biodiésel. Necesitamos elevar las ventas. Ello nos ayudará a mantener alto el precio del aceite de soja", dijo a Reuters Alberto Rodríguez, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina.
Luego de que una corte de la Unión Europea (UE) emitió el mes pasado una serie de decisiones que anularon los aranceles por dumping que desde 2013 afectaban las exportaciones de biodiésel de la Argentina, hay expectativas de que los embarques regresen pronto al bloque.
El titular de la cámara de productores de biocombustibles Carbio, Luis Zubizarreta, explicó a Reuters que las mayores ventas de biodiésel les darán "más valor a nuestras exportaciones". La sanción de la UE, hasta ese momento el principal destino del biodiésel argentino, representó un fuerte golpe a la industria local, cuyos embarques llegaron a recortarse a la mitad, a sólo 780.000 toneladas, en 2015. "El biodiésel necesita que se termine la historia con Europa, que aparentemente está prácticamente por terminarse. Esperemos que la UE vuelva a adquirir biodiésel", dijo Rodríguez.