El calcio es un nutriente engañoso hasta para los productores más profesionales, ya que muchas veces los análisis de suelos arrojan valores suficientes de presencia del mismo, pero luego durante el desarrollo del cultivo se evidencian en las plantas desórdenes fisiológicos asociados a la deficiencia de este nutriente, con impacto en la calidad en las frutas y verduras que producen.
“Siempre hubo un gran misterio en torno al calcio. Empecé a estudiarlo hace 35 años en la universidad y hoy todavía sigo aprendiendo sobre su comportamiento”, explica el noruego Tore Frogner, experto en nutrición y Director de la línea de producto YaraLiva a nivel global, durante su visita a la Argentina. “Es un nutriente que generalmente no es tenido en cuenta porque se da por sentado que está presente en el suelo, pero la realidad es que la mayor parte de ese calcio en realidad no es aprovechable por las plantas, por lo tanto se hace imperioso aportar calcio soluble para que el cultivo reciba una nutrición adecuada”.
El especialista noruego señala que por esta situación los productores pierden mucha calidad y por ende mucho dinero. “Así como los humanos necesitamos el calcio en nuestro organismo para tener una buena salud, lo mismo sucede con las plantas. Es determinante para que los cultivos puedan entregar mayores rendimientos, mayores tamaños y mayor duración de sus frutos en los procesos de almacenamiento, transporte, exportación y consumo. Y, además, es fundamental para llevar mayor contenido de calcio a las frutas y verduras, lo que favorece en definitiva la salud de sus consumidores”.
La recomendación es utilizar fuentes de calcio de gran solubilidad, como el nitrato de calcio. Hay que asegurar un correcto abastecimiento en el momento en el que el cultivo lo demanda, que generalmente coincide con el periodo de floración y establecimiento del fruto. La única forma de aportar calcio en estos momentos es mediante aplicaciones de calcio soluble, porque es un nutriente que no es móvil dentro de la planta, es decir, no puede trasladarse de las hojas viejas hacia los frutos, que son los órganos de interés, y en los cuales lograr mayor calidad repercute en la ecuación económica del productor.
Además, el aporte de nitrato de calcio dentro del plan es muy beneficioso por su aporte de nitrógeno en una forma química con impacto positivo para el cultivo, porque el nitrato es una fuente de rápida disponibilidad para la planta, sinergiza la absorción de otros nutrientes y no produce acidificación en el suelo.
Adicionalmente, las aplicaciones de calcio soluble al suelo pueden realizarse a través de Nitrabor, que además de aportar calcio soluble y nitrógeno, contiene también boro. Este nutriente es clave para una correcta polinización de las flores, lo cual impacta directamente en el rendimiento.