La Globedera pallida es una enfermedad que afecta a gran parte de las cosechas de la región de Magallanes y Antártica chilena, uno de los lugares más australes del mundo. En esta zona de Chile, las condiciones climáticas son adversas y todo ello en su conjunto afecta a los rendimientos productivos. d
De esta manera se realizó el programa “Recuperación de la producción y sanidad de la papa en Magallanes” del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, en conjunto con el gobierno regional de Magallanes. Ambos organismos fueron en la búsqueda de una semilla de papas libre de enfermedades y resistente a las heladas.
La primera cosecha se realizó en el Centro Experimental INIA Kampenaike, que queda a 60 kilómetros de la ciudad de Punta Arenas, capital de la región de Magallanes. La innovación fue probada y generó resultados exitosos, y pasando de 6 toneladas de papas a alcanzar un promedio de 40 toneladas por hectárea.
“Dentro de los resultados en los ensayos de evaluación sobre el efecto de las cortinas cortaviento y el riego sobre el rendimiento del cultivo se observó que la aplicación de ambos tuvo un rendimiento promedio de 51 toneladas por hectárea, la aplicación de sólo cortavientos, 40 toneladas por hectárea, sólo riego 15 toneladas por hectárea y sin riego ni cortavientos 9 toneladas”, explicó Carolina Martínez, encargada del proyecto de INIA.
“En esas condiciones hay un paquete tecnológico que los agricultores pueden copiar a la segura”, señaló el director regional de INIA, Claudio Pérez.
El Servicio Agrícola y Ganadero chileno, SAG, se encuentra analizando estos resultados para entregar la certificación necesaria para su utilización.
Esta semilla será entregada a los agricultores de la zona cuando comience la siembra, durante el mes de octubre de este año.