El Gobierno amplió ayer hasta cinco años el plazo máximo para ingresar
divisas generadas por exportaciones, en lo que fue interpretado por sectores del
mercado financiero como una señal de que busca mejorar la competitividad del
tipo de cambio. La decisión fue dispuesta a través de la Resolución 242 firmada
por el secretario de Comercio, Miguel Braun, y publicada en el Boletín Oficial.
Según consideró el funcionario, la medida fue decidida para "mejorar la oferta
comercial de la economía local, la competitividad de las exportaciones
argentinas y flexibilizar las condiciones de financiamiento".
Hasta la publicación de esta resolución, el plazo máximo establecido para
ingresar las divisas generadas por exportaciones de cualquier tipo de producto o
servicio era de hasta un año, sin excepción. Largar los plazos para el ingreso
de las divisas le resta presiones al tipo de cambio. La decisión se adopta en un
escenario en el que las colocaciones de deuda en el exterior suponen un ingreso
extraordinario de divisas y en la antesala del blanqueo, que también implicará
un refuerzo de la oferta que puede presionar a la baja al dólar.
El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) calculado por el Banco Central de la
República Argentina y que mide la competitividad-precio de las economías se
encuentra actualmente en torno a 90 (una cifra similar a la registrada a fines
de 2014).
Para lograr un TCRM mucho más elevado que el actual -que brinde incentivos
suficientes a los exportadores- se requiere incrementar (depreciar) el tipo de
cambio nominal o reducir los niveles de inflación (o ambas a la vez).
La competitividad de los sectores exportadores también depende de otros
factores tales como la presión impositiva y el ministro de la Producción,
Francisco Cabrera, ya anticipó que se impulsar una ampliar reforma tributaria.
También la competitividad depende de regulaciones burocráticas, infraestructura,
acceso a diversidad de mercados externos, disponibilidad de oferta de
trabajadores capacitados y financiamiento accesible.
Este año, el Gobierno ya había extendido, primero en abril, de 30 a 180 días el plazo de liquidación de divisas, y un mes más tarde, volvió a extenderlo hasta un año.