Lucía algo cansado luego de un fin de semana en el que combinó descanso con participación activa en el timbreo de Pro y reuniones con ministros y colaboradores.
Pero Mauricio Macri llegó ayer a Avellaneda a dejar un claro mensaje al mundo
del trabajo, justo el día en que las tres centrales sindicales se unieron en una
sola CGT. "No hay manera de que podamos construir el país que soñamos si sólo
algunos creen que tienen un compromiso con la calidad, con el esfuerzo, con la
verdad, con el trabajo en equipo, y otra parte de la sociedad cree que no", dijo
el Presidente en su primer discurso luego del fallo de la Corte Suprema que el
jueves último puso límites al aumento en las tarifas de gas.
En la inauguración de una planta de la empresa Droguerías del Sud, el Presidente
habló de "35.000 millones de dólares" en inversiones ya prometidos por distintas
empresas, y le apuntó a sindicatos y trabajadores en falta. "Eso se va a
acelerar si entendemos acá, en el corazón, que todos tenemos que ayudar, y que
cada uno desde su lugar debe entender que cuando no cumple, que cuando hace
trampa al sistema, cuando fuerza un ausentismo, cuando inventa un juicio, cuando
pone un palo en la rueda, está complicándole la vida a todos, al resto de la
sociedad", se exaltó el primer mandatario.
La apelación de Macri a aumentar la "productividad" del mercado laboral no es
nueva, aunque sí llamó la atención que la hiciera mientras los gremialistas
daban pasos hacia la unidad. "Es lo que él piensa, no hay otra interpretación",
afirmaron cerca del jefe de Estado. Desde el equipo de comunicación que lidera
el jefe de Gabinete Marcos Peña acercaban ayer un dato en ese sentido: uno de
cada cinco trabajadores sindicalizados no va a trabajar los lunes. A eso,
afirmaban cerca del Presidente, se refirió Macri cuando habló ayer de "cambio
cultural".
El vínculo con el nuevo poder sindical, con quien Macri ha tenido una relación oscilante, fue motivo de análisis. "Se dio todo más o menos como pensábamos. Se confirmó el triunvirato, pero quedaron el Momo (Venegas) y (Omar) Viviani afuera", resumían cerca del ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El líder de Uatre, cercano al Gobierno, habría recibido algún guiño para sus impugnaciones del congreso unificatorio.
Hay quienes creen que "es mejor tener juntos" a los sectores que encabezan Hugo Moyano , Luis Barrionuevo y Antonio Caló , que ayer se despidieron del liderazgo. "Así tendríamos menos interlocutores", razonaban desde ese sector. Otros referentes preferirían una CGT dividida, pero se resignan a que ese será el panorama con el que la Casa Rosada deberá lidiar.
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¿Habrá mayor conflictividad? "Depende de la macroeconomía. Si bajamos la
inflación y mejora la actividad se postergarán los reclamos en la calle", afirmó
una fuente optimista. Los discursos de Caló y Barrionuevo, que descartaron
medidas de fuerza en lo inmediato, llevaron tranquilidad a los despachos
oficiales.
¿Y la cercanía con Massa de la nueva conducción? "Son peronistas, no kirchneristas, ¿con quién van a estar?", razonaba un funcionario con lógica política.