Por primera vez en muchos años, el negocio de la soja presencia un escenario
propicio para el reconocimiento de la propiedad intelectual, que de cumplirse
debería dar rápidamente sus frutos, con mayores inversiones en nuevas
tecnologías, con importantes mejoras en la ganancia genética del cultivo y con
aún mejores cosechas para los productores argentinos. Podemos sumar 100.000
empleos de alta calificación con arraigo territorial.
Como fue anunciado días atrás, el gobierno nacional y la cadena comercial de la soja llegaron a un acuerdo en relación al uso responsable de tecnologías aplicadas en soja y a la transparencia en el comercio de granos.
La publicación de la resolución 207/16 del Inase estableció que la toma de
muestras y los testeos serán obligatorios en el comercio de granos durante la
campaña 2015/2016, y que los mismos se llevarán a cabo bajo la única supervisión
del Instituto Nacional de Semillas (Inase). Esto abre las puertas a un nuevo
paradigma: un Inase fortalecido, sumado a la publicación de la resolución 187/15
de declaración de uso propio en soja, llevará una mayor transparencia al
mercado.
Hoy, el reconocimiento de la propiedad intelectual de la semilla es responsabilidad del Estado. Este fue uno de los principales objetivos de la nueva administración, fortalecer el rol del Inase, convocando a su directorio y dotando al organismo de los recursos necesarios para un efectivo control del mercado de semillas. El primer paso para ese fortalecimiento ya se ha dado con la actualización de los aranceles publicados en la resolución 220/16.
Asimismo, para dar cumplimiento a la resolución 207 el Inase celebró un convenio con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires para canalizar toda la operatoria y gestionar y administrar el sistema Bolsatech, de toma de muestras y gestión de la información. El Inase arbitrará los medios necesarios para que el Ministerio de Agroindustria aplique sanciones a aquellos operadores de granos que no cumplan con las disposiciones de la nueva resolución 207.
Para la industria semillera, estas medidas adoptadas por el gobierno fruto del consenso con la cadena de valor de la soja significan un avance fundamental y un paso en la dirección correcta.
El primer paso es generar información para contar con un sistema integral y sustentable en el largo plazo y que cumpla con tres cuestiones fundamentales para el reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual: impulsar el uso de semilla fiscalizada; la erradicación de la semilla ilegal; y el uso propio oneroso y un sistema de control efectivo.
Estos cambios serían necesarios incorporar en la futura ley de semillas. Podemos afianzarnos como uno de los principales actores a nivel mundial y la Argentina podría llegar a ser el principal semillero del mundo, en un marco de adecuado desarrollo territorial, cuidando el medio ambiente y asegurando la sustentabilidad.
La Argentina ha iniciado un cambio para retomar un lugar de protagonismo en los mercados mundiales, buscando atraer inversiones que generen puestos de trabajo. También estamos abriendo y recuperando mercados y todo debemos hacerlo con reglas claras que brinden previsibilidad a aquellos que quieran invertir en la Argentina. Este es el primer paso.
Por Alfredo Paseyro - El autor es gerente general de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA)