A diferencia de otros presidentes, Macri optó por poner 6 ministros en el área económica. A saber, en Hacienda está Prat Gay, el ministro de Producción es Francisco Cabrera, el de Transporte Guillermo Dietrich, en Modernización está Andrés Ibarra, Energía José Aranguren y en Agricultura Ricardo Buryaile.
A diferencia de Macri, Memen delegó esa cartera en diferentes personas que ejecutaban una política económica determinada. Empezó ensayando con el plan Bunge y Born que fracasó a los pocos meses, luego probó con Erman Gonzalez, posteriormente llegó Domingo Cavallo con su equipo de colaboradores y en 1996 Roque Fernández reemplazó a Domingo Cavallo quien renunció al cargo. Es decir, tuvo un solo ministro fuerte en el área de economía.
Por su parte Néstor Kirchner aceptó tener como ministro de Economía a Lavagna, pero la prepotencia y las locuras económicas del entonces presidente hicieron que Lavagna renunciara y a partir de ese momento tanto él como Cristina Fernández tuvieron a ministros insignificantes. El ministro era Néstor Kirchner que no sabía nada de economía y no dejaba de cometer horrores económicos y luego Cristina Fernández siguió con el mismo esquema pero al final lo mantuvo a Kicillof que más que ministro era una especie de agitador político de barricada, acorde al perfil de la entonces presidente Cristina Fernández.
Si bien cada presidente puede optar por el esquema que más le agrade para el área de economía, mi impresión es que siempre es más conveniente tener una sola cabeza que tenga bien el claro el plan económico a seguir y, de esa manera, evitar contradicciones en el discurso o en la implementación de las medidas. Incluso en la secuencia de las medidas que deben ir tomándose y particularmente en con herencias tan terroríficas como las que dejaron los Kirchner.
Es frecuente que me pregunten si el esquema elegido por Macri respecto al área económica es correcto. Obviamente cada uno usa el sistema que más le gusta, de manera que esta es solo mi opinión. Mi punto de vista, pero lejos está de ser mi opinión la verdad revelada.
Algunos argumentan que Macri no quiere tener los líos que tuvo Menem con Cavallo cuando le renunció en 1996. No sé si esto es cierto o no, pero si uno elige un buen economista, me parece que uno solo resuelve el problema mejor que varios descoordinados.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Ludwig Erhard implementó las reformas económicas que llevaron al milagro alemán. No fue el plan Marshall el que sacó adelante a Alemania, sino la política económica que aplicó Erhard a pesar de las restricciones que le ponían Adenauer y los aliados que estaban enamorados de los controles. Eran los tiempos del intervencionismo y el estatismo en Inglaterra con los laboristas.
En Chile, Hernán Büchi logró implementar las reformas económicas que llevaron al milagro económico chileno. O el caso de Ruth Richardson que logró otro milagro económico en Nueva Zelanda con profundas reformas pro mercado en la década de los 90.
En todos los casos fue un ministro de economía el que tenía el plan en la cabeza y lideraba el cambio comunicando muy bien a la población los beneficios de la política económica que aplicaba, al tiempo que el presidente lo apoyaba incondicionalmente.
Luego de 7 meses de gobierno de Cambiemos, todo parece indicar que no hay un plan económico o, más bien, el plan económico es el no plan. Esto significa que Macri sabe que quiere bajar la pobreza, la inflación y poner en funcionamiento la economía, pero no tiene un plan económico global que le permita dominar la terrible herencia k que recibimos y lograr los objetivos planteados. Es como si cada mañana trataran de resolver de a uno los problemas, lo cual los llevan a cometer errores no forzados, a mandar de a uno los soldados al frente de batalla con lo cual se los van liquidando de a uno y, además, genera incertidumbre en los agentes económicos, sobre todo los que tienen que invertir, ante la ausencia de un plan económico global y consistente.
Me parece que Macri trata de suplir la falta de un plan económico global con muchos ministros, suponiendo que cada uno le va a resolver los problemas de cada área y al final el problema global termina siendo resuelto por la acción de cada uno de sus ministros en forma aislada sin un plan preconcebido.
Todo parece indicar que más que aplicar un plan de reformas profundas, el presidente busca que varios ministros administren bien un sistema económico que por definición genera incentivos nefastos porque desestimulan el trabajo y la producción.
En síntesis, creo que la mejor opción es tener un solo ministro con un plan global que apunte a cambiar el nefasto sistema económico populista que se heredó.
Insistir con administrar “eficientemente” con varios ministros un sistema con incentivos nefastos, no es la opción que yo elegiría, porque un sistema con incentivos nefastos jamás va a transformarse en un sistema con incentivos positivos.
Un mal sistema económico no lo puede administrar eficientemente bien ni un ministro ni 6 ministros. Un sistema económico ineficiente hay que cambiarlo. Para eso se votó cambiemos.
PD: Por favor, no argumentar que no se puede cambiar de un día para otro. No digo eso en la nota. Solo resalto el rumbo a seguir sabiendo que llevará tiempo terminar con 70 años de populismo.
Fuente: Economía para Todos