LONDRES - Ni Gran Bretaña ni la Unión Europea (UE) logran recuperar el
aliento después del tremendo shock político, social y emocional que sufrieron
ayer cuando 51,9% de los británicos se pronunció a favor del Brexit, en una
decisión que tendrá consecuencias profundas y aún desconocidas en el futuro del
país, del resto del continente y del mundo.
Esa histórica y sorpresiva votación a favor de la ruptura con la UE precipitó, apenas comenzado el día, la renuncia del primer ministro británico, el conservador David Cameron, considerado el principal responsable de ese cataclismo. De pie ante la puerta del 10 de Downing Street -sede oficial del gobierno-, Cameron anunció su dimisión que prometió hacer efectiva "dentro de tres meses".
Los resultados del referéndum movilizaron la política, la diplomacia y la economía global. En pánico, los mercados tuvieron una jornada negra, sin precedente desde la crisis financiera de 2008.
El gobierno de Escocia, que votó mayoritariamente en contra de la salida del bloque, anunció, por su parte, que no descarta un inminente segundo referéndum sobre su independencia de Gran Bretaña.
Es la primera vez que un país decide separarse de la UE, una unión que comenzó a gestarse después de la Segunda Guerra Mundial, y los líderes del bloque quieren que el divorcio se produzca cuanto antes, para neutralizar lo más posible el impacto negativo.
"Ahora esperamos que el gobierno británico haga efectiva la decisión del pueblo en cuanto sea posible", escribieron en una declaración conjunta los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk; de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; del Parlamento Europeo, Martin Schultz, y el holandés Mark Rutte, titular de la presidencia rotativa de la UE.
Lo mismo piensan, aunque no lo expresan en voz alta, la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y el italiano, Matteo Renzi. Los tres dirigentes se reunirán el lunes en Berlín -junto con Donald Tusk- para preparar una cumbre que debe realizarse el miércoles próximo en Bruselas.
Las grandes potencias de la UE empezaron a sacar sus primeras conclusiones y se preparan para corregir los errores que llevaron a Gran Bretaña a lanzarse en la aventura del Brexit. Los dirigentes de Francia, Alemania e Italia quieren evitar que la experiencia provoque reacciones en cadena en otros países, sobre todo entre los miembros de Europa del Este. Para anticipar ese riesgo, los ministros de Relaciones Exteriores de Francia y Alemania propondrán hoy un proyecto de unión más flexible a los otros cuatro países fundadores de la UE en 1957 (Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo). El texto planteará "ofrecer un espacio" a los países que no están dispuestos a profundizar la integración de la UE en ciertas áreas cruciales, como presupuesto común.
Letonia, que asumirá la presidencia rotativa en el segundo semestre, desea iniciar su gestión con una cumbre extraordinaria en julio para identificar los desafíos y definir las soluciones.
El presidente norteamericano, Barack Obama, se comunicó ayer con Cameron y Merkel para analizar las consecuencias del Brexit. El resultado "refleja los cambios y desafíos que genera la globalización", precisó.
Después del terremoto, el Partido Conservador británico conserva una mayoría suficiente en la Cámara de los Comunes para gobernar hasta el final del actual mandato en 2020. Pero todo indica que la división de los tories durante la campaña y la renuncia de Cameron destruyeron la legitimidad de los tories para seguir gobernando. Los estrategas del partido se preparan para nuevas elecciones, que podrían ser convocadas para noviembre.
En Westminster los analistas calculaban que los candidatos a la sucesión de Cameron son Boris Johnson -principal artífice de la victoria del Brexit-, el actual canciller del Tesoro, George Osborne; la diputada Theresa May, Michael Gove (secretario de Justicia) y Stephen Crabb (secretario de Estado para Gales).
El líder laborista, Jeremy Corbyn, también aparece como una víctima colateral de ese terremoto. Varios influyentes dirigentes pidieron un voto de censura en su contra. Él descartó renunciar, pero su liderazgo podría ser cuestionado durante la próxima reunión del comité directivo del partido, pasado mañana. Una parte del laborismo considera que mantuvo una "tibia" actitud durante toda la campaña del referéndum.
El pronunciamiento de los 34 millones de británicos que acudieron a las urnas
también agudizó viejos rencores entre la UE y Gran Bretaña.
Las nuevas tensiones se reavivaron cuando Cameron indicó que dejaría a su sucesor la responsabilidad de iniciar el proceso de separación con Europa, un acontecimiento que no tiene precedentes en la historia de la UE. Johnson dijo que no había "ninguna razón para precipitarse a pedir la aplicación del artículo 50" del Tratado de Lisboa, que regula el retiro de un miembro. Sólo el país interesado en retirarse puede tomar la iniciativa. En ningún caso Bruselas tiene la posibilidad de lanzar el procedimiento de ruptura y menos aún de expulsarlo.
La decisión del electorado británico tuvo el efecto de un terremoto en Europa. Por lo pronto, la victoria del Brexit precipitó una reacción en cadena que podría provocar a mediano plazo la partida de otros países. La francesa Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, y Geert Wilders, del Partido de la Libertad en Holanda, anunciaron que reclamarán la convocatoria de consultas en sus países para que los electores decidan si quieren continuar en la UE.
El resultado también amenaza con precipitar un efecto dominó dentro de Gran Bretaña. La líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, anunció que pedirá un segundo referéndum sobre la independencia escocesa. "Escocia ve su futuro como parte de la UE", precisó.
Para Londres, la escisión escocesa representaría un fuerte revés, ya que la región representa 8% del PBI británico. Es posible además que, simultáneamente con su salida de Gran Bretaña, Escocia decida abandonar la libra para adherir al euro.
La situación es comparable en el Ulster (Irlanda del Norte), donde el voto a favor del remain obtuvo 64%. Después de conocerse los resultados, el partido nacionalista Sinn Féin de Irlanda reclamó un referéndum sobre la unificación de toda la isla. Ese proyecto es más difícil de concretar porque tropieza con obstáculos de orden político y confesional. No todos los grupos nacionalistas -católicos y republicanos- son partidarios de la reunificación. Esa idea seduce mucho menos a los llamados "legalistas" (partidarios de mantener el vínculo con la corona), mayoritariamente protestantes. La idea de un referéndum podría reavivar las brasas del reciente conflicto entre las dos comunidades, que provocó más de 3500 muertos en 40 años de guerra.
La aparición de los temas de Escocia y Ulster después del Brexit confirma que el referéndum abrió una caja de Pandora que no termina de liberar demonios incontrolables.
Ganadores y perdedores tras la consulta
La victoria del Brexit podría repartir premios y castigos en iguales proporciones en toda Europa
Triunfadores
Boris Johnson
Diputado conservador
Principal líder de la campaña por el Brexit y favorito para suceder a Cameron
Nigel Farage
Líder del pártido UKIP
"El genio euroescéptico salió de la botella y no volverá a ella", aseguró el antiinmigrante
Marine Le Pen
Lider del Frente Nacional (Francia)
Es la cara continental de la ultraderecha, que impulsó la salida de Gran Bretaña
Derrotados
David Cameron
Primer Ministro
Dejará su cargo en octubre; muchos creen que su carrera política está terminada
Jeremy Corbyn
Lider laborista
Fue criticado porque esperó hasta el final de la campaña para apoyar la permanencia
Angela Merkel
Canciller alemana
Es un "punto de inflexión" y un "golpe a Europa", dijo; pidió calma y moderación
Elementos clave de un proceso complejo
Desconexión
Más pronto que tarde se activará el artículo 50 del Tratado Europeo que regula el proceso de salida de un país. Prevé un período de dos años que se podría ampliar si todos están de acuerdo
Beneficio
La salida británica aceleraría la integración en política de defensa, como el ejército europeo. También podría ser más fácil de implementar la unión económica y monetaria
Nueva crisis
Los expertos ven un bajo riesgo de que se regenere otra crisis, pero podría haber graves consecuencias para la economía británica, entre ellas la pérdida de la industria financiera