Lo más destacado en el transcurso de la última semana ha sido el despliegue de las condiciones invernales a lo largo de todo el país, por sectores con heladas muy intensas que incluso se hicieron presentes en las zonas mediterráneas del NEA. En la zona núcleo también se observaron heladas, aunque de un rigor moderado.
Como vinimos analizando el paso del mes de junio viene siendo muy pobre en cuanto a precipitaciones, algo que como sabemos se arrastra desde el mes de mayo. Es decir el final del otoño y el principio del trimestre frío ha sido pluvialmente deficitario, aunque recién el mes de junio presentó las irrupciones de aire frío capaces de secar la masa de aire.
A lo largo de la última semana algunas madrugadas con nieblas en algunas localidades dejaron algunas lloviznas, por lo general imperceptibles para los pluviómetros convencionales. En el acumulado de la semana, estas modestas marcas pudieron acumular hasta un milímetro. Más allá de los números, esta condición limitó parcialmente la perdida de humedad, sin embargo, a esta altura del mes sería favorable que regresen las precipitaciones.
Las perspectivas apuntan hacia un cambio de situación. Como hemos podido comprobar desde el martes, la circulación del norte ha comenzado a ganar persistencia. Con ella el aporte de aire húmedo es más evidente. Esto se ha reflejado en intensas nieblas, por ejemplo, en el amanecer de hoy. En principio la masa de aire se está humedeciendo, sólo resta la componente dinámica para inestabilizarla. Se está previendo el desarrollo de un sistema de baja presión sobre el sur de Paraguay durante la jornada del viernes, que progresivamente descenderá hacia Uruguay. Esto impone altas probabilidades de que regresen las lluvias durante el fin de semana a toda la franja este del país, con registros de mayor importancia del centro para el norte de la Mesopotamia
Si bien se presenta un ajuste lógico de las reservas de humedad, el panorama dista de ser grave o al menos no el que pudiera esperarse luego de casi dos meses de precipitaciones muy escasas. Es que la señal pluvial del mes de abril ha sido tan contundente, que los suelos aún tienen memoria en su perfil de aquella exagerada oferta de agua.
Dicho esto, las lluvias que se perfilan para el fin de semana son bienvenidas. En algunos sectores de ER o del centro norte de SF, es posible que las reservas superficiales estén acusando falencias que hayan detenido las siembras. Entendemos que el perfil tiene una buena carga de humedad, pero no descartamos que haya lotes que acusen la falta de precipitaciones y el secamiento que pueda haber producido el paso frío de los últimos diez días.
Si se observan lluvias del orden de los 20 milímetros, los suelos experimentarán un repunte significativo en los niveles de humedad superficial. Este nivel de precipitaciones es esperable para el este de la zona núcleo, perdiendo posibilidades para la franja mediterránea de la región pampeana. Es normal en esta época que se consoliden diferencias este-oeste en la oferta de agua. Se espera un máximo con epicentro en la provincia de Corrientes, donde las marcas pluviales podrían superar los 50 milímetros.
De acuerdo a lo que se perfila en el mediano plazo, todo parece indicar que las lluvias del fin de semana pueden ser el inicio de un período con mayor frecuencia de precipitaciones. No deberíamos sorprendernos demasiado si julio se presenta con características apartadas respecto de lo que vino siendo el tiempo predominante en junio. Es decir, si comienza a persistir un ambiente más húmedo, el frío se verá aplacado y el rigor que mostró el comienzo del invierno se irá diluyendo.
En resumen, posiblemente desde el fin de semana comencemos a recorrer un período donde el ambiente menos fío y más húmedo gane protagonismo, aunque claro esto será temporario porque las masas de aire polar volverán por la revancha.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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