Esta superficie perdida representa un 5% de total de la oleaginosa del área
núcleo. Entre barro y humedad, la cosecha logró avanzar esta semana; cubre un
82% del área de soja de primera. La caída de rinde en los lotes que quedaban
luego del temporal llega a 5,5 qq/ha en la región. A esta pérdida se les suman
los granos dañados, uno de los principales factores que reducen el ingreso del
productor. La soja de segunda, con una leve mejora en su calidad, está
obteniendo 28,5 qq/ha en el 59% cosechado. Luego de una larga espera se retoman
las labores en maíz con rindes que coinciden con los esperados, 93 qq/ha.
Alertan por el estado de los maíces de diciembre.
Cosecha y humedad, un complejo escenario
La humedad del grano no da tregua y los caminos siguen complicando las
labores. Pero la presión por salvar al cultivo obliga a entrar a los lotes como
sea. Incluso se cosechan lotes que son inviables económicamente para el
productor. Se alargan los trayectos, se alivianan las cargas y se cosecha el
grano con humedad elevada. Todavía hay cuadros donde es imposible llegar con las
máquinas. Los suelos están sufriendo el amasado por su tránsito lo que implicará
incurrir en gastos de nivelación para la siembra fina. Se logró avanzar sobre el
82% del área de soja de primera, y el 59% de la de segunda. Hay poco desgrane al
cosecharse en húmedo, pero la reducción del peso del grano sigue marcando el
pulso a la caída de rindes. El promedio en los cuadros de la región está en 34,5
qq/ha para soja de primera y 28,5 qq/ha para la de segunda.
Se reactivó la cosecha de maíz
Luego de más de un mes de espera, los cabezales vuelven sobre algunos cuadros de maíz temprano. Sin sorpresas en los rindes obtenidos respecto a los esperados, el promedio de la zona se ubica en 93 qq/ha, con picos de 115 qq/ha. El avance de cosecha cubre un 79% del área maicera. No se mencionan daños en la calidad del grano. Mientras tanto, al maíz de diciembre le resta un largo trayecto por recorrer. La humedad del grano es muy elevada y las condiciones ambientales no favorecen su secado. El rinde estimado se ubica en 80 qq/ha pero, tanto la calidad de los granos como el debilitamiento de la caña, pueden provocar una caída en la productividad unitaria.