En las cuencas lecheras de Córdoba y Santa Fe los tamberos están buscando hacer malabares para sostener la producción diaria, que, no obstante, acusa en no pocos casos un desplome superior al 30%. Pero, además, están embarcados en otra batalla: no perder el ánimo ante tanta adversidad.

"A nivel humano la gente comienza a trabajar a las seis de la mañana y para cuando se puede hay veces que son las 11 de la noche y seguimos trabajando. El estado general es de cansancio y desánimo. Hay que renegar con las herramientas enterradas en el barro o, peor aún, rotas", se lamentó Marcelo Soria, productor del CREA La Cesira, en la provincia de Córdoba.

En los últimos 14 días en esa zona cayeron unos 170 milímetros. El total anual ronda los 550 milímetros. "Tenemos 800 vacas en ordeñe encerradas. Con respecto a la posibilidad de moverlas, en estas condiciones caminar 1000 metros con una vaca es perder un litro y medio de su producción. Si a eso se le suma que estamos dándoles de comer como podemos, la realidad es que la producción general bajó 8 litros por vaca y por día, aproximadamente", explicó.

"Alcanzábamos una producción de 32 litros por vaca y por día y hoy ronda los 24", precisó el productor. lechero.

Soria se mostró preocupado sobre las posibilidades para entrar insumos y sacar la leche. "Estamos acondicionando los caminos para ver si es posible transitar mejor", indicó. Según el productor, todos los días recibe llamados con ofrecimientos de vacas en ordeñe. "Esto es un indicador de tambos que cierran, algo nefasto para el sector", remarcó.

Rodolfo Tkachuk, coordinador del Consorcio de Experimentación Agrícola (CREA) Santa Fe Centro, dijo a la nacion que en la región "hay tambos aislados sin posibilidad de sacar la leche y llevar insumos, como el balanceado; hay zonas que tienen acumulados en los últimos 10 días más de 500 milímetros y sigue lloviendo".

Tkachuk señaló que se están reportando caídas del 30 al 40% en la producción y que en los establecimientos donde la producción no se puede retirar la pérdida va a ser total.

En varias regiones mixtas donde los tambos ya venían complicados por la situación económica los productores conservaban la esperanza de obtener buenos rindes con la soja para achicar pérdidas. Las fuertes precipitaciones que golpearon el potencial del cultivo archivó esa esperanza.