La intensificación de la agricultura de los últimos años ha hecho tomar una mayor conciencia de la importancia de los microorganismos del suelo en su productividad, tanto por el aumento y disponibilidad de los distintos nutrientes como por la mejora de su estructura y porosidad.
Así, Crinigan, con más de 28 años de trayectoria, continúa aportando tecnología al campo y comprobando mediante diversos ensayos la eficiencia de las micorrizas en semillas de trigo y cebada.
Cada vez más estudios dan muestra de las consistentes ventajas que da la inoculación con micorrizas en el cultivo de trigo, como potenciadora del fertilizante, que mejora el desarrollo radicular y logra un nacimiento más temprano y homogéneo. Asimismo, la utilización de micorrizas permite una más rápida implantación y una mejor tolerancia a patógenos además de mayor eficacia en el uso de los recursos como agua, nitrógeno y fósforo, que favorece a un mayor desarrollo de raíces y una significativa acumulación inicial de biomasa.
Otra de las ventajas de este promotor de crecimiento es la posibilidad de aplicarlo simultáneamente con distintos fungicidas curasemillas y hasta 30 días antes de la siembra. Su desempeño está confirmado en ensayos realizados en diferentes regiones agroecológicas, con grupos Crea, referentes del INTA y productores de punta.
De esta manera, Crinigan apuesta a nuevas tecnologías para aumentar el rendimiento del suelo y la rentabilidad del productor agropecuario.