ESQUINA, Corrientes.- Máxima Nuñez resistió. No quería abandonar su casa en el barrio La Tablada. Resignada, juntó un poco de ropa y cuando vio el bote de la Prefectura Naval se subió con su hijo menor, que sufre problemas de salud. No se fue sin antes poner a salvo del agua a un chancho, a un chivito y a un perro. Núñez es parte de los 300 evacuados que tiene esta ciudad de 40.000 habitantes, una de las tres más afectadas en el Litoral, junto con Pueblo Libertador, en Corrientes, y La Paz, en Entre Ríos. Ayer, en Las Palmeras, Santa Fe, murió ahogado un joven de 18 años que se convirtió en la primera víctima mortal de estas inundaciones. En la zona suman más de 12.000 los damnificados por los anegamientos.

En Esquina, desde el sábado pasado, la lluvia no da tregua: ya cayeron 500 milímetros. La Prefectura Naval y los bomberos voluntarios recorren en botes y lanchas los barrios más castigados para auxiliar a los vecinos. Hay sectores de Esquina donde el agua superó el metro de altura.

"La situación es dramática. Esto es consecuencia del fenómeno de El Niño. Hay 300 evacuados. Ahora se suman los pedidos de ayuda de las zonas rurales", afirmó a LA NACION el secretario general de la municipalidad, Armando Tognola.

Los memoriosos no recuerdan una inundación de esta magnitud desde 1992. La inundación es el segundo estrago provocado en Esquina por la naturaleza en cuatro meses. En diciembre pasado una suerte de tornado derrumbó gran parte del alumbrado público.

"El tornado de diciembre nos tiró abajo 300 árboles y la mayoría de los postes de electricidad", explicó Tognola. El funcionario municipal desmintió que en medio de la inundación y la tormenta el intendente, Humberto Bianchi (Cambiemos), estuviera en Córdoba de vacaciones, como denunciaron varios vecinos.

"Bianchi fue a Córdoba para firmar convenios de obra pública con el presidente Mauricio Macri y ahora no puede llegar a la ciudad porque se cortó el tránsito por la ruta 12, entre Esquina y La Paz", agregó Tognola.

"Hay vecinos que perdieron todo. Esperamos que la lluvia pare para que nos dé una tregua. Si la tormenta no se detiene me voy a tener que ir a la casa de mi hija", dijo el vecino y comerciante Marcelo Cavalier, pocos minutos después de que el agua entró en su casa. Vive en un barrio de clase media en el casco urbano, a dos cuadras de la plaza central.

Gran parte de Esquina parece haber quedado bajo el agua. Las personas evacuadas pasan los días en tres establecimientos educativos y en la sede de la Sociedad Rural. Algunos calculan que el 80% de la superficie está inundada.

"Es lamentable lo que está pasando. Nunca había llegado el agua hasta esta altura. Estamos en el límite de perderlo todo", explicó a LA NACION el vecino Avelino Poli, después de haber puesto fuera del alcance del agua todo lo que pudo. Luego se quedó en la puerta de su casa a esperar el milagro de que la inundación ceda.

Además de la Prefectura Naval y los bomberos voluntarios, Defensa Civil local está colaborando con los operativos para asistir a los damnificados. En los centros de evacuación se esperan donaciones de ropa, alimentos y artículos de limpieza.

"Lo peor está por venir", anticipó Luis Cutro, presidente de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Esquina. Se refiere a cuando baje el agua y la gente vuelva a sus hogares. Cutro se moviliza con su camioneta 4x4 para conocer qué vecino necesita ayuda. Recorre toda la ciudad para ir a los barrios más castigados y a los centros de evacuación. Su teléfono celular suena una y otra vez. Él siempre tiene la misma respuesta: "Ropa, comida y artículos de limpieza".

"La situación es muy complicada. Estamos luchando contra el agua. Es triste ver que hay vecinos que perdieron todo", dijo resignado Omar Lugo, un mecánico de 61 años.

Además de La Tablada, de donde los prefectos rescataron a Núñez, su hijo y sus animales, otra zona castigada es el barrio Virgen de Itatí. Ahí vivía Rosana Miño, de 23 años y madre de Alma, una beba de seis días. "Lo perdí todo, pero me tuve que ir de mi casa porque el agua me llegó a las rodillas."

Miño y Alma están en la escuela 620, uno de los centros de evacuados. La beba llegó sin cuna y dormía en un cajón de plástico. Después de los videos que circularon en Internet, le llegó como donación una cómoda cuna.

La joven, su beba y sus otras dos pequeñas hijas, al igual que los otros casi 90 evacuados que duermen en la escuela, reciben desayuno, almuerzo, merienda y cena. Tienen visitas de asistentes sociales y de vecinos que se acercan con donaciones.

Silvina Balbuena no tiene consuelo. Lo perdió todo, hasta la partida de nacimiento de su hija más chica. "Es la primera vez que sufrimos una inundación así. No sé ahora cómo voy a hacer para anotar a mi beba para que le den el documento", contó resignada.

En la Escuela N° 620 los niños se arreglan con lo poco que tienen para jugar y pasar el tiempo. Algunos juegan a la escondida.

"Hay mucha gente que, por miedo a los robos, no quiere salir de su casa y se queda a pesar de que el agua no deja de subir. El gran problema es que cayeron 500 milímetros de agua en tres días y la red de desagüe pluvial no da abasto", afirmó Tognola.

Los que intentan resistir el avance de la inundación buscan diferentes alternativas para no abandonar sus hogares: con baldes, secadores y trapos intentan sacar el agua hacia la calle. Es una batalla perdida.

"Voy a intentar quedarme en mi casa", gritó un vecino mientras el bote de la Prefectura Naval recorría por enésima vez el barrio La Tablada. Eran cerca de las 12.30 y los prefectos estaban preparándose para regresar al destacamento, sobre la costa del río Corrientes, cuando llegó el aviso de que había un hombre mayor enfermo que no podía salir por sus propios medios de su hogar, casi tapado por el agua. Entonces, los prefectos se acomodaron los salvavidas y volvieron al trabajo.

Las horas transcurren y, en Esquina, todos desean lo mismo: que pare la lluvia y que el agua comience a bajar.

Para ayudar a los afectados

Varias organizaciones sociales trabajan para asistir a los inundados en Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe

Red Solidaria recibe artículos de limpieza, colchones, calzado y ropa de cama en la Casa de Entre Ríos, Suipacha 844, de 9 a 17. Más datos: 4312-3697

Se puede colaborar con la Cruz Roja Argentina por medio de una transferencia bancaria. Para más información: 0810 999 2222 owww.cruzroja.org.ar

Conin La Paz recibe alimentos no perecederos, frazadas, sábanas, toallas, zapatillas, ropa, productos de limpieza e higiene personal, pañales y colchones. Más información: coninlapaz@gmail.com o 0800 222 1620

La Fundación Sí, en Ángel Carranza 1962, recibe donaciones de alimentos no perecederos, pañales, artículos de limpieza e higiene. Más datos: www.fundacionsi.org.ar/comoayudar