Finalmente el desarrollo del mes de marzo ha comenzado a dar una pausa en las precipitaciones. Dentro de este contexto, cambiando del viernes para el sábado, gran parte de la provincia de ER, noreste de BA y el sudeste de SF recibieron precipitaciones, observándose el domingo por la noche las últimas lluvias que se han dado en la región pampeana, más allá de algunas lloviznas menores que se sucedieron luego.

Salvo las lluvias observadas del domingo para el lunes en el centro norte de CB, en el resto del área la oferta de agua que ha predominado ha estado por debajo de los 15 milímetros, lo cual constituye un cambio significativo respecto de los eventos semanales a los que nos acostumbró el mes de febrero. Estos milimetrajes para los primeros diez días de marzo son pobres y proyectándolos linealmente al resto del mes dan un escenario deficitario. Veremos como cierra el mes pero por lo pronto esta escasez de precipitaciones es muy conveniente.

Nos podemos preguntar cuál ha sido el cambio tan importante como para frenar la sobreoferta de agua. La respuesta es sencilla, si bien el ambiente permanece húmedo han comenzado a llegar masas de aire más fresco y seco, las cuales se van mezclando con sus predecesoras y generan un contexto más estable. La estabilidad se nota en las nieblas y neblinas que se han visto favorecidas, aprovechando madrugadas más frescas que facilitan la condensación cercana a la superficie. En definitiva la situación ha evolucionado moderando la oferta de agua pero aun el ambiente se presenta húmedo.

Las perspectivas para los siete días que comenzamos a desandar, tienden a mantener temperaturas por debajo de las normales, con cielos que se van despejando con el transcurso de los días y sin que se perfilen precipitaciones. Desde el domingo puede observarse un progresivo aumento de las temperaturas.

Las reservas de humedad se han estabilizado en torno de valores adecuados, optimizándose hacia zona del oeste y ajustándose hacia el noreste de ER o zonas reducidas y no agrícolas del extremo noreste de BA, donde las lluvias de febrero no han sido tan abundantes. En general los excesos comienzan a desaparecer, pero sobre el centro de SF persisten zonas con problemas de piso y caminos rurales secundarios difíciles de transitar.

En esta época del año la demanda de los cultivos comienza a decrecer y lo importante en este momento es resolver el tema de los excesos hídricos que generan problemas de piso y en los caminos rurales. Una vez solucionada esta situación, que es lo que parece que se viene concretando en gran parte de la zona agrícola principal, resta que se den condiciones ambientales favorables para recoger los granos.

Posiblemente al presente las condiciones de humedad para la cosecha no sean las óptimas, sin embargo ingresamos en un período donde esto evolucionaría hacia un patrón más adecuado, con ambiente más seco. Por lo pronto hay que ser pacientes y esperar que los registros de humedad relativa desciendan. La aparición o no de neblinas matinales seguramente será un buen indicador en este sentido.

Las perspectivas de corto y mediano plazo parecen definir que este período con precipitaciones se proyectaría a lo largo de la segunda década del mes. Esto provocaría que el patrón pluvial del mes de marzo comience a quedar por debajo de los valores normales. En este sentido, hay que estar muy atentos y saber aprovechar las ventanas de cosecha que se den en estos próximos diez días.

El punto es que no se puede garantizar que este escenario más seco se vaya sostener hasta finales de mes. Normalmente deberíamos cerrar marzo con precipitaciones por encima de los 120 milímetros en gran parte de la zona núcleo, por lo tanto este mes puede tener un efecto de concentración de los volúmenes pluviales hacia el final del período y el proceso de cosecha podría tener que lidiar nuevamente con los excesos.

Las entradas de aire más fresco acompañan este período de marzo, están algo anticipadas pero no son rigurosas. Por lo pronto, aparecen indicios de transición estacional pero que no representan aún riesgo de heladas. Las zonas sojeras marginales del sur de la región pampeana son las que más sufren los eventuales embates de las heladas tempranas. No olvidemos que en esta región algunas sementeras terminan su ciclo a finales de marzo o principios de abril, en un momento donde normalmente es alto riesgo de enfriamientos, un riesgo que el productor del sur está dispuesto a correr en pos de un balance económico más auspicioso.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio
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