El Gobierno argentino acercó ayer al escritorio del mediador Daniel Pollack la base de la oferta que hará de pago a los tenedores de bonos en default, que significa un nuevo canje de deuda reconociendo los intereses del fallo del juez Thomas Griesa. Esa diferencia entre canje y pago de la sentencia es crítica para determinar el alcance de la oferta y el piso de aceptación que deberá tener: sólo tendrá vigencia si ingresan el 80% de los tenedores de bonos en default. De esta manera se garantiza que si Paul Singer, uno de los dueños del juicio que perdió Argentina en Nueva York, no quiere ingresar quedará expuesto como intransigente y sin argumentos para seguir litigando.
En los aspectos técnicos, se determinan como elegibles para el nuevo canje todos los bonos en default desde 2001. Sobre el valor nominal se aplica el fallo de Griesa y al valor determinado (se estima un interés de 1.600%) se le aplica la quita que significaría una ganancia promedio de 1.260%.
Para llevarlo adelante, se estructurarán dos grupos, el G1 con los bonos ley de Nueva York incluyendo los Brady y toda otra jurisdicción que acepte esa jurisdicción. En el G2 quedarán el resto de los bonos emitidos en diversas monedas y legislación.
Sobre la mesa, los bonistas tendrán una primera opción a ejercer: cobrar cash con quitas que alcanzan 40% en el Grupo 1 y 50% en el Grupo 2 u optar por un menú de bonos. Según la combinación, en el segundo caso la quita oscilará entre 20% para el G1 y 30% para el G2.
Según analistas que participaron en la elaboración de la oferta el dinero en efectivo puede ser atractivo para pequeños ahorristas pero no para los fondos de inversión que sacarían mayor rentabilidad con la venta de los bonos en el mercado secundario.
Los títulos serán a la par (reconoce todo el capital) en la modalidad bullet (paga el capital al vencimiento) con interés semestral con combo de ente 5 y 30 años. El cupón tendrá un rendimiento de entre 7% y 10%, muy por encima del que ofrecen títulos semejantes de países de la región e incluso de lo que podría pagar el país después de un acuerdo exitoso, estimado en 5,5 por ciento.
En los cálculos previos, la emisión global alcanzaría a u$s16.000 millones para el Grupo 1 y otros u$s5.000 millones para el grupo dos.
De esa manera, salir del default y cerrar el capítulo de la reestructuración de la deuda que dejó abierta la administración kirchnerista tendría un costo de u$s21.000 millones.
La propuesta estará esta semana en la mesa de negociación abierta bajo la tutela del mediador Daniel Pollack. La intención del gobierno argentino es que la discusión se de en la forma más pública posible, ya que luego tiene que obtener el visto bueno del Congreso para llevarla a la práctica.
Al tratarse de un nuevo canje y no del pago de la sentencia, el país puede poner la condición de aceptación mínima, estimada en 80% del 7% que no participó de los canje de 2005 y 2010. Llegado ese piso, el país debería ser considerado libre del default y Griesa levantar todas las medidas que impiden el pago de la deuda reestructurada, aún si Singer decide quedarse al margen.
Once horas de reunión con Pollack
El secretario de Finanzas Luis Caputo mantuvo ayer una extensa reunión con el mediador Daniel Pollack, para presentar la primera oferta oficial a los holdouts.
El funcionario ingresó al despacho del special master antes del mediodía (hora argentina) y sostuvo un encuentro por unas once horas, del que salió sin hacer declaraciones. Caputo adelantó al llegar al estudio McCarter & English que “no esperen novedades hoy”, ya que se trataría de una primera aproximación. Según fuentes oficiales, el cronograma de reuniones continuará hoy. Un comunicado del Ministerio de Hacienda y Finanzas afirmó que “el gobierno quiere lograr una quita a los intereses punitorios que pesan sobre la deuda con los bonistas”.