Alfonso Prat Gay iniciará el martes la negociación Argentina para destrabar el conflicto externo y buscar una salida a la crisis de los fondos buitres.
Luis Caputo, el secretario de Finanzas, comenzará su misión en Manhattan manteniendo la primera reunión con el fondo de Paul Singer.
Clarín confirmó que ahí Argentina manifestará su deseo de solucionar el conflicto, pero se espera un encuentro duro y una negociación conflictiva.
La estrategia la acordó el ministro con Mauricio Macri, en un encuentro reservado que ambos tuvieron el miércoles. Caputo inicia su misión con instrucciones precisas: no va a llevar a la reunión ninguna propuesta concreta de pago.
Tampoco el Gobierno va a acelerar las cosas en el juzgado de Thomas Griesa: no está previsto la semana próxima solicitar un stay para facilitar los pagos atrasados al sistema financiero internacional en medio de las conversaciones con los buitres.
Así el Gobierno va a desatender los consejos de varios bancos de inversión, que le propusieron viajar a New York con un plan de pago ya definido y resolver en forma inmediata el problema externo. Uno de los bancos del consorcio que negocia el demorado préstamo al BCRA incluso comunicó a sus clientes que todo se cerraría en forma inmediata. Los banqueros dejaron trascender que ya hubo contactos informales.
La cautela se llevará adelante por dos cuestiones: no se quiere entrar en la lógica de los fondos buitre y tampoco se quiere -políticamente- quedar cediendo a la presión de Wall Street. Además se busca un apoyo previo de EE. UU. en Davos.
La gestión será clave porque la Casa Rosada pretende dar una señal: que Argentina, con Mauricio Macri, quiere romper el aislamiento internacional.
También porque – al final del camino – solucionar el conflicto abriría el mercado internacional de crédito.
Macri enfrenta en el exterior una situación ambigua. En la superficie existe expectativa positiva para su gobierno, pero intra muros hay una duda central: si el Presidente tendrá la capacidad y gobernabilidad para llevar adelante sus propuestas.
Los grandes fondos de inversión internacionales emitieron informes ultra- reservados sobre la Argentina y todos repiten igual pronóstico.
En esos “paper” secretos de Wall Street se sostiene que Macri todavía debe demostrar que “maneja la botonera del poder ” y que es capaz de “darle gobernabilidad a sus propuestas económica”. Es decir, realizarlas.
Sostienen que hasta que no se despejen esas dudas no habrá decisiones importantes de inversión en Argentina.
Lo ocurrido con las fuerzas de seguridad bonaerenses y la triple fuga abonó esas inquietudes. Por eso es necesaria la resolución del conflicto.
También se insiste en otra cuestión: que aún no existe un programa fiscal para acomodar el monumental déficit que heredó de Cristina y que las primeras medidas económicas ampliaron.
La sensación es que en materia fiscal se impuso la política mediática por sobre las necesidades económicas: Jaime Durán Barba desaconsejó cualquier ajuste para no generar clima adverso al Gobierno y esa es la decisión política de Macri.
El nuevo “relato” del publicista dio frutos inmediatos, pero mantener el desequilibrio haría imposible a mediado plazo sostener estable el valor del dólar.
Ya la suba de esta semana provocó algunos cortocircuitos. La cerealeras acusaron a los productores de no liquidar granos. Prat Gay tuvo un duro diálogo con Ricardo Buryaile. El ministro de Economía afirmó: “No entiendo como los chacareros retienen su cosecha, después de bajar las retenciones y devaluar”.
En el exterior también impactó una inesperada decisión de la Corte Suprema: en un fallo sobre el megacanje mantiene el procesamiento del titular del BCRA, uno de los principales funcionarios del actual armado económico. Federico Sturzenegger está tranquilo y considera que esa decisión no afectará su gestión. Pero el Gobierno tendrá otra prueba de fuego: evitar que esa resolución sea utilizada por los senadores peronistas para bloquear la aprobación del pliego de Sturzenegger.
La misión de Macri a Davos es clave para el Gobierno: el Presidente quiere utilizar ese Foro para despejar las dudas que existen internacionalmente sobre su capacidad política de llevar adelante una estrategia desarrollista.
Macri primero había invitado a Daniel Scioli en el encuentro que tuvieron en la Casa Rosada. Pero la herencia que recibió Maria Eugenia Vidal y el conflicto por los prófugos enfriaron la relación.
En esa reunión hubo bromas por la embajada de Italia. Ambos – en plena campaña – hicieron una apuesta: el que gane será Presidente y el que pierda será embajador en Roma. Scioli le dijo a solas: “Mauricio ganaste, ahora yo voy a tener que ir a Italia”.
Sergio Massa participará de la mayoría de las reuniones bilaterales previstas en Davos. Massa propuso ampliar la comitiva a Juan Schiaretti y Mario Das Neves.
Prat Gay acompañará -irán solo dos ministros- a Macri. Tiene por delante un problema serio: encauzar una inflación que entre noviembre y enero acumulara un 12 %. La tarea la instrumenta Miguel Braun, que tuvo que superar una increíble situación en la Secretaria de Comercio. Axel Kicillof ordenó dejar tierra arrasada. Antes de su partida, el ex ministro le ordenó a Augusto Costa destruir información clave sobre costos y precios. Lo saben los empresarios de COPAL. Costa cumplió al pie de la letra: escondió computadoras en distintos lugares del edificio, destruyó datos históricos y desprogramó los sistemas de la Secretaria de Comercio.