Lamentablemente el valor de los granos en el mercado internacional sigue cediendo terreno. El peso de la gran oferta disponible de soja, maíz y trigo, y la perspectiva de una nueva gran cosecha Sudamericana pudieron más que las señales de mayor demanda a estos precios más bajos, y la tendencia de los fondos especulativos  de tomar ganancias de su gran posición vendida.

El detonante de la baja ha sido la mejora climática para Brasil. En dicho país desde el inicio de la campaña, las lluvias han sido excesivas en el sur y faltantes en el norte. Hace un par de semanas los analistas cariocas empezaron a reducir sus estimaciones de producción por la seca del noroeste. Sin embargo esta última semana las lluvias comenzaron a llegar, justo a tiempo para el período clave de los cultivos. En consecuencia, toda la suba que había generado la incertidumbre climática, se desarmo, presionando los valores a la baja.

En el resto de Sudamérica las condiciones climáticas nunca presentaron grandes riesgos. En nuestro país particularmente se sembró en buenas condiciones. Los pronósticos de que esto podría resultar complicado por las lluvias elevadas del fenómeno Niño no se verificaron. Las precipitaciones fuertes han pasado más bien sobre la franja oeste, donde eran necesarias. Y si bien se dieron problemas de granizo que a quienes les tocaron resulto un problema, a nivel nacional la incidencia es menor. En cuanto a las inundaciones en el litoral Argentino, la zonas afectadas no son de producción relevante de maíz, trigo y soja, sino más bien ganaderas y de otros cultivos. De todas firmas, independientemente de que el impacto en el mercado de granos no sea relevante, la dimensión humana de este drama si lo es.

Del lado del maíz la gran cosecha norteamericana se juntó con los altos stocks de Brasil, país que devaluación mediante, fue muy agresivo en sus ventas, quitándole mercados a EEUU. Ahora que Brasil habría agotado su saldo exportable, quien ofrece este cereal en condiciones competitivas es nuestro país, fruto no sólo de la devaluación, sino de la quita de derechos de exportación, que ha cambiado diametralmente la situación del mercado. Es por ello que los valores en Chicago no logran hacer pie. Sin embargo los productores norteamericanos no se resignan a esto y demoran sus ventas, lo que evita que las bajas sean más profundas.

Decíamos que la demanda viene actuando con más firmeza. Las exportaciones semanales de EEUU son el gran termómetro de esto. La semana pasada se comprometieron más de 2 mill.tt. de soja, quedando por encima de las expectativas. Lo mismo ocurrió con maíz, que quedó en 800.000 tt. Sin embargo, el viernes el USDA publicó las cifras correspondientes a la semana de navidad, donde la soja reportó sólo 478.800 tt quedando en la mitad del mínimo esperado, aunque el maíz con 705.200 tt reportadas estuvo dentro de lo esperado.

Los fondos siguen con una posición vendida muy importante, lo que los hace propensos a tomar ganancias recomprando posiciones ante las bajas fuertes. Pero al no tener una noticia alcista que catalice este efecto, en las subas son vendedores, generando un mercado que va realizando un serrucho de precios descendente.

Mientas todo esto pasa a nivel internacional, el productor Argentino va mirando la situación de reojo. Las últimas bajas fueron absorbidas por la devaluación y la quita de derechos de exportación. Sin embargo, con la soja pagándose por encima de la paridad teórica, y el maíz muy cerca de la misma, los valores empiezan a copiar lo que sucede en el exterior. Por otro lado el tipo de cambio local se ubicó por debajo de las expectativas previas del sector, dejando "las órdenes de venta" desactualizadas. Así las cosas en el mercado de soja el número mágico que inspiró ventas importantes fueron los 3.000 $/tt. Sin embargo, cuando Chicago cedió terreno, y el dólar aflojó, los demandantes se mostraron renuentes a pagar este valor. Operándose por debajo del mismo, los ofrecimientos de productores para el caso de que los valores vuelvan a los 3.000 $/tt se van acumulando, lo cual posiblemente hará que alguna fábrica, urgida por mantener la molienda, pague los 3.000 $/tt en algún momento. No obstante debemos ser claros en que lo harían con un contra margen importante, que asumen promediando con ganancias previas,  aunque esto no es sustentable a futuro.

En el caso del maíz los precios que se están ofreciendo resultan tentadores, y si bien se va vendiendo, los volúmenes originados de cosecha nueva distan de ser los históricos. Hablamos de 2,3 mill.tt. contra 4,8 mill.tt. compradas a esta parte del año pasado.

El trigo es el único grano que sigue muy por debajo de los valores teóricos. Como venimos marcando esto puede explicarse en parte por los problemas de calidad de este año, y por una posición comprada de cosecha vieja de parte de los exportadores. Sin embargo, estamos trabajando vendiendo trigo en mercados con poca capacidad de pago, en el norte de África, y aun así los valores conseguidos no se están trasladando al productor. Cuando Brasil aparezca en el mercado podría mejorar el precio FOB, y la estructura de mercados volverse más demandante.

Esta semana se publicó finalmente el final del sistema de ROE VERDE. Volvemos a las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) que son automáticas. Sin embargo el plazo que se dio para trigo es de sólo 45 días para completar la operación. Esto no es lo mejor, pero parece razonable en la situación que nos encontramos. Es por esto que con el último elemento normalizado, deberíamos ahora esperar a ver cómo evolucionan los mercados.