La extrema escasez de dólares frescos mantiene a la economía relativamente estancada en un encuadre donde el Estado debe cumplir innumerables compromisos. Por la ausencia de dólares, las importaciones están frenadas (y con ello, la actividad industrial) y las exportaciones, por ende, también lo están.
Estamos encerrados en un círculo vicioso que deberá ser cortado en diciembre.
Con las reservas del Banco Central en el piso, la entrada de divisas es hoy lo urgente. Por supuesto que hay otros problemas. Muy graves, sin dudas. Pero si no se resuelve éste, nos espera un escenario caótico.
A favor del Gobierno hay un factor básico: la confianza. La credibilidad que está despertando el nuevo gabinete contribuirá efectivamente al ingreso de fondos. Gran parte de ellos, de los propios argentinos que, espantados por la situación de los últimos años, han preferido el colchón, la caja de seguridad o el exterior, para mantener sus ahorros libres de la posibilidad de extracciones compulsivas por parte de la avidez gubernamental.
Con el nuevo encuadre seguramente buena parte de éstos volverán al circuito económico formal.
También ayudará la asistencia financiera que, tal como ya se advierte en la disposición internacional, por parte de organismos de crédito que no necesariamente deban provenir de aportes sujetos a condiciones por parte del FMI. Hay cuotas, incluso de este organismo, que no tienen condiciones respecto a la política interna.
Ya estaría listo el paquete de leyes para ser tratado en el Congreso. Se trata de la modificación del mínimo imponibles en Ganancias, cambios en Bienes Personales y el Monotributo, la re-profesionalización del INDEC y restitución de cordura a la Carta Orgánica del Banco Central.
A su vez, se prepara la eliminación de los derechos de exportación sobre los cereales y la reducción en 5 puntos de los correspondientes al complejo sojero.
Como se derogará la Resolución 543/03 de los ROE´s Verde y en vista de la anulación de los derechos de exportación, es previsible un gran ingreso de divisas por ventas de cereales. La cosecha de trigo acaba de empezar y para mediados de diciembre se encontrará en plena actividad.
Brasil se apresta a recibir gran parte del volumen cosechado y es probable también vaya a mercados africanos. En vista de que la relación stocks/consumo en Argentina se reducirá, los precios promedio del año comercial deberían ser un poco mejor que los del último año. Los embarques del ciclo 2015/16 (ciclo diciembre/noviembre) se hallarán en torno a 5 millones de toneladas, tomando en cuenta el stock del año que termina. El carry-over del ciclo 2014/15 se calcula en 3,9 millones y el de la campaña 2015/16 se proyecta en 2 millones.
Hay que ver cómo sigue el clima, pues las lluvias están complicando la cosecha y amenazan con bajar los rindes.
Las expectativas de cambio en la política comercial se revelan claramente en los precios locales. El maíz es claro ejemplo. El precio abril/16 en el MAT a mediados de junio llegaba a tan sólo 110 dólares, en tanto que hoy araña el nivel de 150 dólares. Es fenómeno se advierte con mayor claridad al ver lo que ha sucedido en el mercado internacional, donde el precio ha permanecido casi inalterado.
La total eliminación momentánea de los impuestos al complejo oleaginoso ha sido desmentida. Sin embargo y dado que habría cerca de 4,5 mil millones de dólares en soja acopiada, lógico será esperar alguna medida que “empujara” las ventas. Se estima que quedan cerca de 18 millones para su ingreso al circuito comercial, incluyendo el inventario sobrante del año pasado.
Si se acelerara la salida de la soja, el trigo sería además beneficiado. La cuestión logística es central.
Obviamente, el trampolín vendrá de la mano de una considerable depreciación del peso.
Es posible que el tipo de cambio oficial vaya a ubicarse, una vez anunciado un plan económico integral con las medidas acá descriptas, en torno a $12,50.
Acá es sustancial aplicar una política de astringencia monetaria y de mejora fiscal a fin de que la modificación del tipo de cambio se traslade en su mínima proporción a los precios, sobre todo de los alimentos y bienes y servicios básicos de la canasta familiar.
En tal sentido, hay mucho paño para cortar en el área de los subsidios. No para eliminar subsidios a los necesitados sino para asignarlos adecuadamente.
Así, también, se puede adecuar a la lógica determinados subsidios a la energía y al transporte que hoy representan un 5% del PBI.
Frente a este cuadro, la agricultura está llamada a cumplir un rol central.
Como dijimos al empezar…. estamos encerrados en un círculo vicioso que deberá ser cortado en diciembre.
Y el agrícola, quizás, sea el único sector que, de forma –casi- inmediata, puede aportar alivio urgente al problema que enfrentará el Gobierno, a partir del 11 de diciembre.
El trigo y la soja pueden hacer un gran aporte. En breve...