Especialistas del INTA Pergamino han elaborado un informe sobre cultivos de cobertura, por medio del cual aseguran que éstos han demostrado tener distintos efectos benéficos en los agroecosistemas, tales como la supresión de malezas, la protección de los suelos y el mejoramiento del ciclado de nutrientes.

Así, los mismos han sido utilizados largamente como práctica conservacionista para la prevención de la erosión edáfica, la mejora de la estructura, del carbono orgánico y del nitrógeno del suelo. Por otro lado, existe un creciente interés en el uso de los cultivos de cobertura debido a que estos favorecen el manejo otoñal temprano de malezas.

Es importante destacar que éstos cultivos modifican la emergencia de malezas ya sea disminuyéndola o aumentándola, según sea la naturaleza de los factores intervinientes. Así, los efectos supresivos de los cultivos de cobertura y/o sus residuos pueden resultar variables e inconsistentes, por lo que no todos serán igualmente adecuados para cada rotación. Más aún, pueden llegar a interferir con el establecimiento y crecimiento del cultivo principal de la rotación.

El trabajo presentado por los especialistas del Grupo Malezas del INTA Pergamino, Horacio Acciaresi, Gabriel Picapietra; María Victoria Buratovich (INTA-UNNOBA), y María Eugenia Cena (INTA-CIC) concluyen expresando que “sin dudas, es necesario llevar adelante estudios locales a los efectos de comprender la compleja interacción entre el suelo, los residuos y el ambiente y su efecto en la germinación y emergencia de malezas. De ese modo, en orden de recomendar a los productores el uso de un determinado cultivos de cobertura o combinación de ellos por su habilidad supresiva de malezas, la misma deberá ser necesariamente consistente en una variedad de ambientes productivos”.