El agro pondera cada vez más la importancia del conocimiento y la información
para resolver problemas técnicos. La tecnología y la innovación también son
otros dos matices característicos del campo argentino, mientras que la precisión
agronómica es el desafío actual en la búsqueda de mayor eficiencia.
Los drones agrícolas ayudan a estas ideas centrales. Son una tecnología
innovadora que aporta información en la búsqueda de mayor eficiencia técnica.
Y es muy interesante cuando los desarrollos de esta tecnología son locales y
están adaptados, desde el primer momento, a las necesidades del productor
argentino.
Así lo entienden Ramiro Saiz, Erik De Badts y Augusto Iturri, tres
innovadores que forman la empresa Foto Aérea, la primera firma argentina
diseñadora y fabricante de drones agrícolas, que también brinda servicios de
procesamiento de datos y confección de mapas para el agro.
“Fundamentalmente, nosotros buscamos dar soluciones tecnológicas; por eso lo
importante son los mapas. Al mismo tiempo, diseñamos un aparato que nos permita
colocar las cámaras en al aire, cubriendo una necesidad puntual que tenga el
productor de granos, frutal, forestal u hortícola”, coinciden los tres ante
Clarín Rural, reunidos en su taller en Capital Federal.
En este sentido, reconocen que recién este año comenzó la demanda comercial
concreta por el servicio de las fotos aéreas y la compra de drones, y también
aseguran que están dentro de un mercado que es muy competitivo para una firma
nacional chica, teniendo en cuenta la masiva llegada de productos importados y
producidos a escala industrial.
De Badts es belga, cartógrafo y llegó a la Argentina en el 2008. Cuenta que
llegó motivado y con el firme propósito de hacer fotos aéreas para la
agricultura.
Sus primeros trabajos fallidos con cámaras específicas para el agro fueron
montarlas en “zeppelins” o globos de helio. Y agrega, a modo de anécdota: “Esos
globos de helio me ayudaron a sostenerme económicamente un buen tiempo, ya que
vendí la idea al Gobierno de la Ciudad y terminaron siendo de uso político”.
Luego -continúa- consiguió un subsidio del Ministerio de Ciencia y Tecnología
para desarrollar la primera versión de un avión, hecho con madera y adaptada
para montar las cámaras multiespectrales o termales del momento.
“Era pesado y por esto estaba poco tiempo en el aire. No se cubrían grandes
extensiones de tierra como las que hay en el campo argentino. Luego lo readapté
para que ese avión de madera se ancle al fuselaje de un avión de verdad.
Entonces, ya que en Argentina hay mucho aeroclubes, si pagaba el combustible
podía tomar imágenes”, recuerda.
Sin embargo, toda esa experiencia y esos intentos tecnológicos se encausaron
cuando, tiempo más tarde, conoció a Ramiro, que siendo técnico electrónico e
ingeniero en informática, ya diseñada drones sencillos de forma independiente.
Ellos se acoplaron como equipo, dicen. Ramiro diseñando los aparatos y Erik
haciendo los mapas. “En ese momento, se empezaba a hablar de los drones en el
campo argentino, no había ingreso de estos aparatos importados y había una
demanda real por el servicio de mapas agrícolas”, afirman.
El servicio de toma de imágenes con cámara específicas (multiespectrales o
termales) y procesamiento de los datos fue su principal negocio hasta el año
pasado. Mayormente -señalan- lo hacían para empresas que brindaban diversos
servicios agronómicos. “Por el momento, son empresas de servicios las que buscan
la información que proveen estas cámaras, ya que quieren agregar otra capa de
información que complemente la obtenida con otras herramientas de precisión”,
explica De Badts.
Pero la firma siguió planteándose desafíos y el año pasado, en una jornada en
el INTA Manfredi (Córdoba), presentaron su primer prototipo, un hexacóptero (dron
de seis hélices), para vender directamente a los productores interesados.
Así, “cambiamos la estrategia: ofrecemos el servicio de confección de mapas y
también el producto. A ciertos clientes, por la lejanía de Capital Federal, les
conviene tener un equipo en lugar de que nosotros nos traslademos a hacer las
imágenes. Luego, si lo necesita, nosotros procesamos las imágenes y le
devolvemos una prescripción”, explica Saiz.
El grupo se muestra sorprendido por el crecimiento de la demanda de la
tecnología. “Hasta el año pasado hacíamos muchos trabajos a modo de prueba. Hoy,
pasamos de eso a que nos quieran comprar equipos directamente, sin conocer
exactamente de qué se trata la información que aportan las cámaras. Por eso,
nosotros primero alentamos a que los productores conozcan el servicio y que
luego compren el aparato”, señalan.
Actualmente, además de los trabajos que hacen para empresas de servicios
agronómicos, las cuales van desde un monitoreo de plagas en papa, enfermedades
en frutales, conteo de plantas en plantaciones forestales o mapas de índice
verde para la producción de granos, participaron recientemente en un test de
drones en ensayos de trigo en el INTA Paraná y le van a entregar un prototipo,
exclusivo, de cuatro hélices, al INTA Tucumán, donde lo usarán para hacer
mediciones de avance de la bacteriosis HBL, un virus extremadamente perjudicial
para la producción citrícola.
Como firma de servicios y fabricante de tecnología aportan su visión sobre el
futuro de esta tecnología y se adelantan para adaptarlo a sus procesos.
“Otro aspecto que creemos que se viene tiene que ver con el procesamiento de
la información. Estamos haciendo una actualización de los software, para que el
procesamiento de la información se automatice y no sea un trabajo que demande
tanto tiempo”, comenta Saiz. Y agrega, por otra parte, que están buscando
estandarizar la información que surge de una zona, a partir de correlacionar
todos los datos de ese sitio a través de las fotos con lo que realmente se
muestrea a campo.
De esta forma, mantienen el contacto con sus clientes para intercambiar datos
y así componer prescripciones zonales, a partir de los relevamientos puntuales
que van haciendo los mismos productores.
Como buenos visionarios, estos profesionales ya están detectando lo que se vendrá y comparten su vaticinio sobre el futuro de esta tecnología y su uso: “Lo que vemos es que la adopción de drones se irá especializando cada vez más. Es decir, que cada tipo de productor tendrá su aparato ajustados a sus necesidades. Eso sucederá rápidamente, en los próximos dos años”, auguran. ¿Será?