Por la pérdida de competitividad de la Argentina frente a otros países, la industria frigorífica de la carne vacuna tuvo la semana pasada en la feria internacional de Anuga, en Alemania, su peor performance en ventas de los últimos catorce años.
Las 26 empresas que participaron de la exposición, una de las mayores de la
alimentación que se hace cada dos años en la ciudad alemana de Colonia,
alternándose con la SIAL de París, regresaron sin cerrar ni un solo negocio.
Esta situación no se registraba desde 2001 cuando, en el contexto del cierre de
mercados por la fiebre aftosa, la Argentina no comercializó un solo kilo de bife
en la feria. Para el sector frigorífico, la llegada de Anuga es como un Mundial
de fútbol. Su anterior edición, en 2013, tuvo 6787 expositores de 98 países y
pasaron por ella 154.462 visitantes de 187 Estados.
La nueva edición se hizo en once pabellones, que sumaron 284.000 metros cuadrados. Dentro de la feria, para la carne hubo un pabellón exclusivo. Allí, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) instaló un stand de 750 metros. Las 26 empresas tenían un box y una mesa en un espacio de restaurantes para degustaciones. Toda esta puesta en escena costó unos 480.000 euros.
"En una feria tan importante, la Argentina fue un jugador que no entró a la
cancha. Este año el país no pudo cerrar ningún negocio por la situación que está
atravesando", dijo a LA NACION Mario Ravettino, presidente del Consorcio
Exportadores de Carnes (ABC). Hubo 18 firmas del ABC, que representan el 84% de
las exportaciones.
Como contracara de la suerte argentina, Ravettino contó que, en cambio, países competidores como Uruguay y Brasil, entre otros, concretaron negocios. "Esto significa que la demanda está, pero la Argentina tiene un problema de competitividad", destacó.
Las exportaciones de carne están gravadas con una retención del 15%, algo que
no tienen otros competidores de la industria. Además, la devaluación en Brasil,
que el año pasado vendió diez veces más que la Argentina, les dio impulso a los
negocios brasileños en los mercados a expensas de la industria local. Para
Brasil, el precio por kilo/gancho de novillo de exportación es de 2,40 dólares,
contra US$ 4,20 en la Argentina.
En Anuga los clientes llegaban al stand, se sentaban en los boxes, pero partían cuando se hablaba de precios. El país tiene diferencias de hasta US$ 1500 por tonelada respecto de competidores para un mismo producto.
Según confió otro industrial, los competidores, que aprovecharon el default de la Argentina en los mercados, ya que desde 2005 cayó del tercero al puesto 12 en el ranking exportador, les hacían la siguiente broma: "Ojalá gane Cristina".
Sin concretar negocios, la presencia argentina quedó reducida a un compromiso institucional. "Algo similar ocurrió [por la falta de ventas en la feria] en 2001 con los mercados cerrados por la aftosa, cuando no hubo negocios", precisó Ravettino. Recientemente, ABC denunció que se perdieron 3000 empleos en el sector en lo que va del año.