Continúan pasando los días, y la cosecha de los EEUU avanza a buen ritmo, obteniéndose rindes similares a los del año anterior, anticipando una excelente zafra 2015. Se estima que los estadounidenses obtendrán más de 344 millones de toneladas de maíz, 106 millones de toneladas de soja y 56 millones de toneladas de trigo.

Verdaderamente de confirmarse estos guarismos, la oferta será fluida y la recomposición de los stocks mundiales será correcta. En tanto, en Sudamérica, las tareas de preparación de la tierra y siembra de los lotes dedicados a los granos gruesos continúan a buen ritmo. Brasil a pesar de sus problemas económicos, políticos y financieros, los productores siguen apostando a sembrar y producir granos, a pesar de los bajos valores internacionales de los comodities agropecuarios.

Algo similar ocurre en Bolivia, Uruguay y Paraguay, países que a diferencia de Brasil, se encuentra en una tranquilidad bastante habitual para ellos. No existen control de precios, existe libertad de mercados, no hay inconvenientes con los dólares. Todas variables que influyen en la decisión de producir de los chacareros de los países en cuestión. Y en nuestro país, también se está trabajando a un muy buen ritmo, sembrando menos maíz, girasol, cebada y sorgo y bastante más soja. Y esto sin importar quién será el ganador de las próximas elecciones a presidente. Ya poco importa si habrá o no segunda vuelta, si el ganador será del oficialismo o del arco opositor.

Los productores argentinos están viendo muchas indefiniciones en relación a las medidas que se tomarían a partir del 10 de diciembre, especialmente las relacionadas al sector agropecuario. Ningún candidato se “juega” abiertamente a decir lo que piensa o lo que verdaderamente haría para solucionar muchos de los problemas del campo.

Y esto ocurre por el temor de que ese discurso genere voces detractoras y menor caudal de votos. Por todo esto es que el hombre de campo nacional sabe que nada ocurrirá hasta el 10 de diciembre y lo que ocurra impactará recién en los primeros meses del año 2016. Es decir, gane quien gane, los productores deben seguir sembrando de la mejor manera, invirtiendo en tecnología, intentando ser cada vez más eficientes, para cuando cosechen con el nuevo gobierno, ver que rumbo tomará sus vidas desde el aspecto económico-financiero.

Cuando analizamos la demanda nos encontramos que continúa siendo sostenida por el consumo interno de cada país. Insistimos con el criterio que venimos manifestando en nuestros últimos informes. Estamos convencidos que la demanda no va a disminuir en el sudeste asiático y en especial en China. Lo que si entendemos es que no va a aumentar fuertemente, pero se mantendrá constante en los niveles actuales. Esto es muy importante porque desaparecerían las perspectivas de escenarios recesivos y de disminución de demanda.

Europa también mantendría su nivel de compras. Alemania con su motor económico incansable, contagiando al resto de los países que vislumbran un 2016 más descansado desde el aspecto de la problemática económica. Algo similar ocurriría en América. Además, debemos tener en cuenta que el hemisferio norte está ingresando al invierno, época que aumenta el consumo de alimentos y de energía, potenciando los precios de ambos rubros.

Entonces, viendo como la oferta se conforma con una excelente producción de los EEUU y una buena perspectiva productiva de Sudamérica, estimándose aumentos de cifras de producción que darán dinamismo a la oferta y recomposición de los stocks mundiales. Y una demanda activa, abastecida y constante, sin posibilidad de aumentos abruptos de consumo, estimamos que los precios de los granos continuarían tranquilos de aquí a fin de año.

Pero, atención con el clima y el archiconocido “Fenómeno El Niño”. A pesar de que en los últimos días los especialistas indican que será un niño muy severo pero que puede ir atenuándose al pasar los meses, continúan indicando que puede ser similar al que abatió a nuestro país en los años 1982/83. Y si esto ocurre, las producciones de nuestra región pueden verse comprometidas y podemos encontrarnos con un escenario productivo totalmente diferente al antes descripto. Y si esto ocurriera, la menor oferta por inclemencias podría generar movimientos alcistas en los precios de los comodities agropecuarios.
La incógnita sobre qué ocurrirá, será respondida con el paso del tiempo.

Por Alejandro Ramírez - Analista Agropecuario
Fuente: De todo un poco Agro