Hasta el miércoles pasado, cuando el viceministro de Economía, Emanuel
Álvarez Agis, ya había expuesto el Presupuesto 2016 en la Cámara de Diputados,
nadie conocía los anexos con las obras públicas, una joya preciada por los
legisladores, ansiosos por saber que recibirán sus provincias.
En los pasillos, los oficialistas juraban que si no veían los anexos con las
obras, no habría dictamen ni mucho menos aprobación.
Y los anexos finalmente aparecieron, pero con una sorpresa: a las pocas horas
se conoció que las prórrogas impositivas y de la emergencia económica se
extenderían por dos años en vez de uno, como suele ocurrir.
Se trata de un favor del Gobierno a Daniel Scioli, que en caso de ganar la
presidencia no deberá negociar leyes que definen nada menos que su recaudación
ni este año ni el próximo, con un Congreso de reparto incierto. Recién lo haría
a fines de 2017, cuando las elecciones legislativas hayan potenciado o
debilitado al presidente de turno.
El único antecedente similar fue en 2009, cuando ante la inminencia de un
Congreso adverso Cristina se resguardó con estos impuestos hasta el final de su
primer mandato.
El más relevante es el impuesto al cheque, un atajo creado por Domingo
Cavallo en 2001 y que en 2014 le propició al Gobierno 76.739 millones de pesos,
sobre un total de 1.169.683.000.000 de recaudación.
El impuesto a los cigarrillos hace su aporte y la emergencia económica le
permite al presidente reasignar partidas sin pedirle permiso al Congreso.
Semejante ayuda eclipsó cualquier especulación sobre una gestión del gobernador para frenar el presupuesto en el Senado, donde tiene cercanía con el jefe de bloque, Miguel Pichetto, y a varios senadores peronistas que sólo reportan a sus gobernadores. También quedaron en la nada las versiones sobre un intento por desfinanciar al próximo presidente, echadas a rodar desde la propia Casa Rosada.
El viceministro Emanuel Alvarez Agis al presentar en el Congreso el
presupuesto 2016.
Con este regalo, si resulta presidente, al gobernador le conviene no meterse
con el reparto de gastos en administración y obras públicas, si a cambio se
garantiza una fuente de financiamiento para sus primeros dos años de gobierno.
Aún fuera de la Casa Rosada, Cristina podría frenarle las prórrogas
impositivas. Tal como adelantó LPO, entre siete y diez senadores oficialistas
hablan con Carlos Zannini y juran que sólo responderán a él. Y en Diputados
habrá una tropa camporista dispuesta a todo.
Claro que para robustecer el fisco, Scioli deberá avalar el último plan de
obras kirchneristas, con marcas registradas de Julio de Vido, Axel Kicillof y el
propio Zannini.
Abundan las rutas que rara vez finaliza Lázaro Báez y hay un aval de endeudamiento por 51.718 millones de dólares, de los cuales la más favorecido es Nucleoeléctrica Argentina S.A, con 11.510.000.000.
Entre las obras proyectadas para el 2016, abundan las rutas que rara vez
finaliza Lázaro Báez, así como la central hidroeléctrica de Chihuido y las
nuevas centrales atómicas.
La empresa estatal, conocida como Nasa, se encarga de la construcción de las
nuevas centrales nucleares, una obsesión de De Vido, quien hasta se mudó la
localidad de Lima, sede de las obras. Fue ese domicilio el que le permitirá ser
diputado por la provincia de Buenos Aires.
Entre los escasos avales de deuda también se ven preferencias. Buenos Aires
lo consigue por 150 millones de dólares por 3 años y al Plan Procrear, el plan
de viviendas emblema del Gobierno, se le asignan 18 mil millones de pesos como
deuda financiera “a la vista”.
Otras provincias con aval de deuda son Misiones (287.369.391 millones de
dólares), San Juan (50), Santa Fe (100) y Chaco (30), que además se beneficia
con cuantiosas obras públicas. Jorge Capitanich supo hacer valer su desgaste
como jefe de Gabinete.
No faltan las obras tantas veces anunciadas como las de central hidroeléctrica Chihuido, que financiará el gobierno de Rusia; y la extensa lista de proyectos que habrían sido parte del acuerdo con China, que le permite al Gobierno engrosar las reservas vía swap. Scioli debería avalar todo. Si quiere garantizarse una buena masa de recursos hasta 2017.