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Sin considerar el suicidio del viaje a Italia de vacaciones grupal, los problemas proselitistas de Daniel Scioli han sido provocados por sus aliados K. El más reciente lo provocó Axel Kicillof, desesperado por frenar la escalada del dólar blue, abasteciendo de oferta (ficticia) al dólar contado con liquidación. Todo muy técnico pero... con impacto en el grupo de electores donde Scioli necesita obtener los sufragios que le faltan para cumplir su anhelo de ganar en 1ra. vuelta, el domingo 25/10. Los obstáculos que le provocan al candidato oficialista los errores del fuego amigo provocaron varias reflexiones dominicales:

.) "Seguiremos remando, pero sabemos que tenemos viento en contra que no viene de los otros candidatos", se lamentan en el comando sciolista. En ese reducto viven el estrés permanente de las contradicciones con el kirchnerismo, pero lo soportan con estoicismo. Sueñan con ganar la presidencia, y con comenzar la construcción de un poder propio que a poco de ejercerlo -aseguran-, será diferente al de Cristina. (...)"
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).Daniel Scioli es coprotagonista del domingo 27/09, a 28 días de los comicios generales previstos para el domingo 25/10. Hay 4 domingos en este período a transitar. Y el domingo próximo, 04/10, debería ocurrir el 1er. debate presidencial... al que Scioli ya decidió no asistir. Pero hay otra noticia: según Eugenio Paillet, en La Nueva Provincia, tampoco asistiría, de concretarse, al debate organizado por Grupo Clarín en su canal de noticias TN
 
"(...) Tienen razón en el sciolismo: que el gobernador debata o no debata no mueve el amperímetro. El debate no le interesa al 70 por ciento de la ciudadanía, y al otro 30 que está politizado y los sigue o los mira, son como ellos mismos dicen "votos perdidos" (por lo bajo dicen que son votos "de la corpo", los que miran TN) que ya no hay forma de captarlos.
 
De manera que pocos creen en esos campamentos que la negativa entrañe riesgos, no lo registran las consultoras. Del mismo modo que las andanadas del Gobierno contra Macri o María Eugenia Vidal por los casos Niembro, Amadeo y el hospital Garrahan.
 
La realidad dice que los números casi no se han movido: que a Scioli no le alcanza, que Macri se asegura ir a la segunda vuelta, y que Massa crece pero no de manera significativa. 38, 31 y 20 son números más reales que el 40, 30 y 20 que intentan instalar desde algunas usinas de la Casa Rosada. (...)".
 
 
Seguir con fe y con esperanza es el rito de Daniel Scioli. Es irrefutable que mal no le fue con la idea-fuerza. Sin embargo... ¡qué difícil se la hacen los K!
 
Aquí algunos ejemplos.
 
Mariano Spezzapria en el diario El Día, de la ciudad de La Plata:
 
"(...) Scioli presentará mañana (lunes 28/09) su plan para la educación, con un acto en la facultad de Ciencias Económicas de la UBA. El rector de esa universidad, Alberto Barbieri, sería el principal candidato a ocupar la cartera educativa si el Gobernador gana las elecciones. También el ex ministro Filmus participa de los equipos que arman el programa oficialista.
 
Para el jueves (01/10), en tanto, está convocada una nueva cena de recaudación de campaña del Frente para la Victoria, que se realizará en el complejo porteño de Costa Salguero. Ese día, Scioli ya sabrá si sus rivales Macri y Massa habrán logrado que la señal de cable TN –del grupo Clarín- le ponga fecha al debate al que el Gobernador tampoco tiene intenciones de asistir.
 
Scioli viene de bajarse del debate organizado para el 4 de octubre en la facultad de Derecho de la UBA, en una decisión a la vez conservadora y simbólica: por un lado le evita el riesgo de equivocarse en la discusión con sus rivales directos y por el otro, genera la impresión de que no asiste porque va primero en las encuestas y eso contribuye a captar el “voto a ganador”.
 
Pero habrá que medir en las próximas semanas el impacto del faltazo de Scioli, que dejará la silla vacía en ambos debates y por ende también el protagonismo a Macri y a Massa. Por eso el sciolismo repetirá hasta el hartazgo que no están dadas las condiciones para un debate serio, principalmente debido a una campaña sucia que atribuyen al asesor macrista Durán Barba.
 
Mientras tanto, en el entorno de Scioli miran de reojo la campaña que despliega Aníbal Fernández en la Provincia y se preguntan si el jefe de Gabinete piensa darle espacio al kirchnerismo duro en caso de ganar la Gobernación. Eso, en algún punto, aliviaría al propio Scioli y le daría un margen mayor para armar un Gabinete mucho más inclinado hacia el PJ.
 
En ese sentido, el rol futuro de Cristina Kirchner y el alineamiento de Aníbal forman parte de las conversaciones reservadas al interior del oficialismo. Aunque cerca de Scioli razonan de una manera simple: “A ningún gobernador le conviene llevarse mal con el Presidente”, sostuvo un funcionario que lleva ocho años en la Provincia y que ahora trabaja en la campaña nacional. (...)".
 
 
Julio Blanck en el diario Clarín:
 
"(...) Eduardo Fidanza, director de Poliarquía, opina que Scioli necesita conseguir más votos peronistas en el Gran Buenos Aires, también ganar apoyos en la clase media para lo cual debería diferenciarse del kirchnerismo –tarea improbable– y, último pero no menos importante, tratar de no pelearse con Cristina y rogar para que la economía no se desacomode más de lo que está de acá a la elección.
 
Otros factores de decisión emergen en un estudio sobre 4.000 casos en todo el país realizado por la consultora Bendixen&Amandi, que trabaja para Sergio Massa. El sondeo indica que las propuestas y el plan de gobierno son el factor más importante para decidir el voto en el 39% de los encuestados. Luego siguen los atributos del candidato –experiencia, gestión, personalidad, confianza– que suman un 29%, y el apoyo o rechazo a Cristina con un 22%. 
 
Massa sacaría ventaja en el terreno de las propuestas, Scioli superaría a sus rivales en atributos personales y Macri se llevaría la amplia mayoría de votos opositores a la Presidenta.
 
Con estos resultados a la vista, Bendixen opina que “estamos lejos de una elección que se decida simplemente por kirchnerismo o antikirchnerismo”. 
 
De ser cierto sería una verdad amarga para Cristina. Y otra señal de que, más allá del núcleo politizado de la sociedad, su figura ya empieza a desvanecerse."
 
Sergio Crivelli en el diario La Prensa:
 
"Cuando las encuestas empezaban a darle bien, porque Mauricio Macri retrocedió y se fortaleció la posibilidad de su triunfo en primera vuelta, Daniel Scioli recibió en pocas horas tres impactos de "fuego amigo" de la nomenclatura cristinista.
 
(...) Entusiasmado por la onda favorable, Scioli había prometida el lunes ante una platea nutrida de empresarios inversiones por 30 mil millones de dólares anuales si llegaba a la Casa Rosada.
 
Al día siguiente Axel Kicillof dispuso una medida de subvaluación de títulos públicos que derrumbó la Bolsa y provocó pérdidas multimillonarias a fondos de inversión. Generó, además, suspicacia por la aparición de compradores cuando los precios colapsaron. Conocedores de la plaza financiera creen que contaban con información privilegiada.
 
A lo que hay que agregar que, si la intención del ministro de Economía era frenar el dólar, el resultado no fue el planeado. (...)
 
Otra mala noticia fueron las declaraciones de Estela de Carlotto de que Scioli será un "Presidente de transición" a la espera de la vuelta de Cristina Fernández en 2019. Si el gobernador cree posible evitar una segunda vuelta sumando votos críticos de la Presidenta, pero que estarían dispuestos a votar a alguien menos irritativo y más conciliador, las declaraciones de la abuela de Plaza de Mayo representaron un impacto bajo la línea de flotación. (...)
 
Entre esos gestos está el acercamiento a los gobernadores peronistas y los trascendidos sobre un gabinete del que quedarían excluidos los cristinistas. Pero por ahora son muy poco los que creen en que eso ocurrirá finalmente (...)".
 
 
Carlos Sacchetto en el diario Los Andes, de la Ciudad de Mendoza;
 
"(...) Para Mauricio Macri y para Sergio Massa, esa contradicción sirvió para vincular aún más a Daniel Scioli a los errores del Gobierno y hasta sugerir que la medida de la Comisión Nacional de Valores fue adoptada por el kirchnerismo para perjudicar al candidato del Frente para la Victoria. Peor todavía, se presume que hubo bancos y particulares que tuvieron información adelantada e hicieron un negocio millonario con la venta y recompra de bonos. Nadie ofrece todavía pruebas de que haya sido así, pero que existe un clima de alta tensión entre el sciolismo y quienes responden incondicionalmente a la presidenta Cristina Fernández es tan evidente como real. 
 
En la mesa de análisis político de Scioli se calificó a la medida defendida por Kicillof como piantavotos, y nadie aceptó la idea del ministro de que si a alguien perjudica esa decisión es a sectores pudientes, que ahorran en bonos y no votan al peronismo. Ese concepto va justamente en contra del plan original de campaña, que preveía la captación de voluntades independientes, de pequeños empresarios y de clase media no peronista que completaran el caudal de votos que le faltan a Scioli para ganar en primera ronda. 
 
Pero además, los colaboradores del candidato oficial sostienen que la depreciación de los bonos y el aumento del dólar blue impactarán de manera inevitable en los bolsillos de los trabajadores por la inflación que generan. "Seguiremos remando, pero sabemos que tenemos viento en contra que no viene de los otros candidatos", se lamentan en el comando sciolista. En ese reducto viven el estrés permanente de las contradicciones con el kirchnerismo, pero lo soportan con estoicismo. Sueñan con ganar la presidencia, y con comenzar la construcción de un poder propio que a poco de ejercerlo -aseguran-, será diferente al de Cristina. 
 
Esos sueños del sciolismo se mezclan con la dura realidad de noticias que llegan del conurbano bonaerense, territorio donde se define la elección. Las encuestas para gobernador siguen mostrando a María Eugenia Vidal, de Cambiemos, en primer lugar ganándole a Aníbal Fernández y muy cerca Felipe Solá, del Frente Renovador. Pero lo más duro de digerir es que muchos intendentes comprometidos con Scioli admiten en forma reservada que no pueden garantizar la totalidad de los votos que se esperan de ellos. (...)".
 
 
Es interesante volver a Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de la ciudad de Bahía Blanca:
 
"(...) El Scioli que debería estar hoy mismo dedicado a tiempo completo a capturar parte del electorado no kirchnerista que le permita sumar los tres o cuatro puntos que le faltan para asegurarse un triunfo en primera vuelta y evitar de ese modo el tan temido balotaje contra Mauricio Macri, le dejó otra vez la escena al candidato sumiso, cultor enervante del "sicristinismo" a ultranza.
 
Bastó, para empezar, que la propia Cristina lo llame una mañana para ordenarle que se deje de hablar de supuestos -para ella, claro- habitantes "estresados" por la coyuntura económica y tal vez política, a los que él también supuestamente vendría a salvar.
 
Después vino la consiguiente andanada de directas o indirectas. Todas encadenadas y sin ninguna inocencia, por si algún desavisado supone que fueron hechos aislados o fortuitos. Si hasta el propio Florencio Randazzo, tan maltratado el chivilcoyense en su pasado reciente y juramentado a sí mismo a no abrir la boca hasta después del 10 de diciembre para no agravar la incipiente interna sciolismo vs. cristinismo recalcitrante, lo retó en público por negarse a debatir con los otros candidatos. "Yo hubiera ido", dijo.
 
La escena anterior con Estela de Carlotto pinta al gobernador de cuerpo entero y alarma a aquellos consultores y asesores que se entusiasmaban con un pequeño rompimiento. La presidenta de Abuelas le aclaró que lo suyo era apenas un interinato de cuatro años, "guardarle el sillón" a Cristina hasta que ella reasuma en 2019. Algo que en otras palabras también había dicho un día antes Diana Conti, que debería cobrar derechos de autor por la frase "Cristina eterna".
 
El destino los juntó a Daniel y Estela horas después de aquel improperio. Scioli todo lo que hizo fue tomar las manos de la dirigente entre las suyas y le dijo: "No tenés que explicarme nada".
 
Tampoco, se descuenta, le pedirá explicaciones a “Wado” De Pedro, que en una fuerte arenga en Mercedes pidió a los pibes de La Cámpora trabajar duro para el regreso de la jefa tras el interinato de Scioli. Y menos a Axel Kicillof, a quien si alguien desea criticar primero deberá recibir autorización de Olivos, que por una radio lanzó textual: "Scioli sabe que el liderazgo será siempre de Cristina". Tampoco se le permitió ni chistar sobre la polémica norma de la Comisión Nacional de Valores sacada entre gallos y medianoche, que es un claro pelotazo en contra para los pequeños ahorristas.
 
El candidato deberá olvidarse, por último, de la peregrina idea que tiró al interior de la Casa Rosada, que suponía una suerte de "intervención" de sus equipos en ministerios y organismos como el Banco Central en el interregno entre el 25 de octubre al 10 de diciembre. (...)".