Vamos dejando atrás un AGOSTO de clima ideal para la soja en Estados Unidos, proyecciones oficiales optimistas sobre rendimientos, además de factores externos negativos: caída de la Bolsa en China, devaluación del Yuan y del Real. Esto terminó por presionar la salida de los Fondos en Chicago, que pasaron ahora a estar vendidos, devolviendo una prima climática hoy injustificada, mientras la demanda efectiva no tracciona: la posición noviembre en Chicago bajó 65 dólares el último mes, desafiando soportes y postergando las ventas de físico a semanas de comenzar al trilla en Estados Unidos.
Mientras tanto, el mercado local cierra este mes con una protesta, paralizando la comercialización, en un firme reclamo del reconocimiento primero, y luego de acciones concretas oficiales ante la grave situación que atraviesa el sector. Más allá del contexto internacional adverso descripto, se enfrenta a un esquema de variables macro contraproducentes; inflación, altos costos de transporte, mercados intervenidos, falta de inversión en infraestructura y asfixiante presión impositiva, dilapidando el margen de la actividad, neutralizando la competitividad de un sector clave para el desarrollo de la economía nacional: EL CAMPO va al PARO una vez más.
Concretamente, cerrando el período clave para la definición de los rendimientos en el hemisferio Norte, el USDA califica al 63% de la SOJA en Estados Unidos como buena/excelente. Habiendo recibido las lluvias necesarias, no se esperan ajustes en estas últimas semanas de agosto. Si bien el panorama no es tan holgado como el año pasado, en el que el 71% de la soja ostentaba esta condición con rendimientos finales promedio récord por encima de los 32 qq/ha, la proyección oficial fue optimista 31,5 qq/ha con una producción de 106 millones de tns, dato que si bien preliminarmente parecía sobrestimado, el clima favorable de agosto termina apoyando la definición de una buena cosecha, mientras que las estimaciones del PROFARMER TOUR conocidas este viernes 21 de agosto prácticamente avalaron este dato: 31,3 qq/ha.
Para el maíz norteamericano, el 69% de los cultivos se califican como bueno/excelente, vs 72% el año pasado de cosecha récord. El USDA proyectó acá también rendimientos por encima de los esperado, 105,9 qq/ha, levemente por debajo del récord de la campaña previa 107,3 qq/ha, aunque en este caso no ha sido validado por el consenso de los analistas del PROFARMER TOUR, quienes concluyeron este viernes que el promedio estaría en 103,1, con una cosecha norteamericana 15/16 que rondaría los 330 millones de toneladas, dándole sostén relativo al maíz vs la soja en Chicago: perdió 35 dólares desde los máximos de julio, prácticamente la mitad que el recorte del poroto.
Transcurrido el mercado climático, en las próximas semanas el foco del mercado estará ahora en la confirmación de estas proyecciones optimistas de rendimientos, a medida que avance la trilla en Estados Unidos, mientras que se irá midiendo la presión real de cosecha: el ritmo de ventas de los productores norteamericanos, así como la reacción de la demanda, sobre todo en soja que es más estacional: los embarques de poroto se concentran de noviembre a febrero, y las ventas forward de cosecha nueva a mediados de agosto, están en el nivel más bajo de los últimos 7 años. Se llevan comprometidas 10,5 millones de toneladas de soja norteamericana 15/16 vs 19,5 millones a igual fecha el año pasado. Para la harina de soja la situación es similar, se registran ventas anticipadas por 2,109 millones, mientras que en agosto 2014 acumulaban más del doble: 4.374 millones: el consumo no baja, aunque claramente la actitud de la demanda es otra.
Hace un año atrás, encarábamos la cosecha 14/15, con un empalme ajustado: los stocks más bajos de la historia para Estados Unidos, coronando un período de 7 campañas al hilo en que las existencias norteamericanas no conseguían una sólida recuperación. Esta situación generaba ansiedad, procurando asegurar el abastecimiento en un escenario de escasez. La comodidad del balance actual, tras dos cosechas récord en Estados Unidos y en Sudamérica, cambian radicalmente el comportamiento de la demanda (soja= China) que pierde voracidad.
Si bien hay que considerar que las compras de soja de China en julio fueron récord: acumularon 9,5 millones de toneladas, el 91,5% de esas importaciones tuvieron como origen Sudamérica, 6,4 millones de Brasil y 2,3 millones de Argentina, en línea con la estacionalidad, aunque restándole claramente protagonismo a Estados Unidos. Para la campaña 2015/2016 el USDA consagra al país vecino, que ganó competitividad con la devaluación del Real, como primer exportador de poroto con 54,5 millones de toneladas, dejando relegada la participación norteamericana a 47 millones de toneladas. El mundo cambia.
Algo parecido sucede con maíz, las ventas anticipadas de cosecha 15/16 en Estados Unidos son las más bajas de los últimos 10 años, un 40% menos que la campaña anterior, mientras que las exportaciones de cosecha 14/15 durante agosto han sido prácticamente ridículas, dos semanas de apenas algo más de 20 mil tns, mientras que la última semana acumularon 282.700 tns, muy lejos del promedio necesario (414.000 tns) para terminar el ciclo comercial en línea con la proyección del USDA para la campaña que finaliza el 31 de agosto.
En este cultivo también se hace notar la presión de la cosecha de segunda brasilera, la safriña, que este año fue récord, apalancadas las ventas por la devaluación citada del real. Se espera que esta situación se mantenga hasta noviembre, habiendo actualmente, según registros oficiales, 82 barcos en los puertos de Brasil listos para cargar 4,5 millones de toneladas, mientras que el año pasado el dato era de 40 barcos cargando 2,15 millones. El maíz FOB PARANAGUA cotiza 10 dólares más barato que el del GOLFO o el PARANA RIVER; copa el mercado.
Mientras tanto en Argentina la coyuntura es totalmente diferente, aunque ambos países tuvieron cosecha récord este año de soja, el ánimo es el opuesto. Las bajas en el mercado internacional enmudecen la oferta local, a la espera de mejores condiciones, lidiando con ecuaciones prácticamente de quebranto. Asimismo, ante la expectativa por el cese previsto de comercialización, por la protesta sectorial mencionada para la última semana de agosto, se acentuó la situación y los precios locales se valorizaron fuertemente vs Chicago. La posición noviembre en el MATBA cedió solamente 16 dólares,, desde su máximo en julio, mientras que la posición de cosecha norteamericana: con otra estacionalidad y presionada por la liquidación de los fondos, perdió 65 dólares. La industria local resigna margen, desapareciendo el carry de cosecha.
La necesidad de abastecimiento fue puntual, ahora, alentando las ventas de soja disponible que quedó relativamente cara vs Chicago, vs la posición noviembre y vs la MAYO 2016, alentando las ventas. La señal fue clara, si creemos que habrá una devaluación en el futuro, podemos cubrirnos con la compra de un bono atado a la cotización del dólar, como es el que lanzó el Ministerio de Economía semana pasada, el BONAD 2017.
Por otro lado, al maíz, en un mercado intervenido, le cuesta valorizarse, ya que la demanda es relativa. Si bien hay un piso claro en niveles de 900 pesos, debajo no se origina, las posiciones diferidas 2016 (febrero/marzo/abril) convalidan la realidad de un mercado libre, que aun con las retenciones vigentes muestran un maíz 20 dólares por encima que el disponible con un interés de compra prácticamente agotado. Con estas relaciones de precios 2015 y 2016, conviene claramente vender soja y postergar la decisión en maíz.
Fuente: Agroeducación