La pérdida de entusiasmo de los productores por los magros márgenes del negocio agrícola para la campaña 2015/16 devaluaron los precios de los arrendamientos y cambiaron el esquema de negociación, inclusive los mejores campos del país.
Así lo reveló una encuesta de la asociación de productores CREA, que aseguró que los precios de los alquileres de los campos bajaron, en promedio, 12% desde la campaña pasada.
Adicionalmente, según explicó a El Cronista el coordinador de Investigación y Desarrollo de la entidad, Federico Bert, como los alquileres se pactan en kilos de soja por hectárea, por la baja del precio de la oleaginosa los dueños de los campos perdieron, en pesos, el 30% del valor del arrendamiento respecto de la campaña pasada. "Eso, en un contexto en el que los impuestos, que paga el dueño del campo, siguen subiendo", agregó. La situación, inclusive empeora al aplicarle la suba general de los precios del último año, cercana al 25 por ciento.
Más allá de las pérdidas promedio, en el oeste de la provincia de Buenos Aires y el este de La Pampa, la baja del precio pactado en soja llega a un recorte del 20% respecto del año pasado. Al norte de Buenos Aires y en Entre Ríos la baja es del 17%, precisó Bert. Al sur de Santa Fe y sur de Córdoba, la merma en soja es del 14%. Adicionalmente, en los campos del norte del país, que ya sufrieron una baja más fuerte el año pasado, la merma alcanza el 11%. Se trata de campos en los que la rentabilidad está comprometida desde hace tiempo y coincide con las provincias en donde las protestas de los productores más se hicieron sentir en las últimas semanas, como Salta y Chaco.
En algunos campos marginales del norte también se da una situación excepcional pero llamativa. A falta de arrendatarios, sus dueños ceden la tierra a cambio de que les paguen los impuestos y le mantengan limpio el campo, porque de quedar ocioso, las malezas y el abandono por una temporada generarían costos enormes para la siguiente. "Entonces los dueños simplemente prefieren perder, pero no tanto, y consiguen alguien que les trabaje la tierra, sin cobrar un peso", según explicó Bert. La gravedad de la situación se refleja en que por primera vez en mucho tiempo caerá el área agrícola del país.
Según la encuesta de CREA, más del 70% de los productores que arriendan tierras piensa mantener o reducir el área arrendada y solamente 25% piensa a aumentarla. Según publicó recientemente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el ajuste llegó finalmente al propietario arrendador del campo, algo que en los últimos años, a costa de pérdida de márgenes de los arrendatarios, aún no sucedía. La BCR aseguró que los contratos para la siembra de trigo se cerraron a contrarreloj y en muchos casos, mejoraron para los arrendatarios las condiciones de los contratos. En este sentido los campos de menor aptitud agrícola se están tratando de negociar a porcentaje, lo que implica que dueño y arrendatario comparten un margen de riesgo en el negocio.