En un año marcado por el “sino” electoral, Palermo no pudo escaparse de la política. Así, mientras que el primer Toro de Palermo, un soberbio Hereford, fue bautizado en honor a quien es quizás el líder político argentino más importante del mundo, el Papa Francisco; el ternerito Limousin que nació a pocas horas de su madre embarcarse a la Rural recibió su nombre en honor del Jefe de Gobierno electo de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
“Por norma este año tenemos que bautizar a los animales con la letra L, así que a este ternerito pensábamos ponerle Larreta o LaVidal, si era hembra. Estábamos muy esperanzados en que gane Horacio en la ciudad o a futuro Vidal en la provincial, ya que significaría un cambio positivo y necesario para nuestra actividad agropecuaria”, explicó Mónica Schmale, dueña del simpático ternerito.
Quizás como analogía de la carrera política del que inspiró su nombre, a Larreta no le fue fácil llegar, pero finalmente superó airoso el parto. “Venía atravesado, pero nuestro cabañero Oscar Adanes, que es un genio, lo acomodó adentro de la panza para que saliera bien. Y el ternerito que es bien despierto le mordió la mano apenas salió”, contó Mónica.
Larreta pesa 40 kg y comparte locación con su mamá, Chenille Greta Black, quien vigila celosa a quienes se acercan a fotografiar a su ternerito. Según Mónica, Larreta es tranquilo pero también un poco travieso. “Cuando el cabañero, Oscar Adanes, lo suelta, empieza a dar saltos por todos lados contento”, dijo.
Larreta no es el único animal de Limousin con un nombre original. En la Cabaña La Cotidiana tienen un “Lanata”, que no vino a Palermo. Y en las filas de la raza se encuentran nombres tan originales como “Gigoló”, “Jesusa”, “Intense”, “Hércules”, “Isidoro”, “Juan Farolito”, “Juno”, “Javiera”, “Joyeusse” e “Ilustrada”.
El toro “papal”
Por su lado, en las filas de Hereford no dan abasto para atender los pedidos de fotos con Francisco, el torito que se ganó el cariño de todos al bajar primero en la exposición el martes 21 y recibir su denominación en honor al ex cardenal Jorge Bergoglio. Si bien Francisco se caracteriza por su buen humor, como el Papa, a veces se muestra cansado de tanta atención, según Oscar Cristiani, el responsable de Jotabé, la cabaña dueña del toro.
“Igualmente tiene muy buen carácter, y cuando lo juntás con otros toros ya pone actitud de líder. Es bien masculino”, contó Cristiani, joven pero inquieto veterinario de 28 años con cuatro años de antigüedad en la cabaña. De acuerdo a Cristiani, en Jotabé se aspira a que Francisco sea padre de la cabaña como lo fue su progenitor, el legendario Batacazo. En la sangre del “toro papal” también corre ADN, por vía materna, de Loto y de Pasteur77.
Pese a la fama, la rutina de Francisco no se alteró. 24 kilos de maíz y un iniciador a la mañana, un par de horas para comer, unas horas de sueño cada tanto, y las rigurosas prácticas de postura y caminata en pista. Todo esto, manejado por los 5 empleados de Jotabé que se alternan durante el día para supervisar la rutina de los 11 animales que trajo la empresa a Palermo.
La rutina de Francisco que es sólo alterada por el “momento de spa”, que es cuando a Francisco lo bañan y lo “peluquean”, o cuando se le pide una foto. Cuentan en los pasillos que la mismísima Lilita Carrió habría querido sacarse una foto con el simpático toro, pero no lo encontró. Chisme o realidad, el Hereford de Jotabé ya tiene miles de menciones en las redes sociales.