Más de 20 días de un tenso conflicto que paralizó la actividad del principal complejo agroexportador del país fueron demasiado. El Gobierno terminó cediendo al acuerdo paritario alcanzado entre la Federación gremial aceitera y las cámaras empresarias de la actividad, que fijó un aumento salarial de 36% para el personal del sector, una suba que supera en 9 puntos el tope del 27% que el Ejecutivo había impuesto a los convenios de varios sindicatos aliados. El entendimiento aceitero, que se definió el viernes y cuyos detalles las partes suscribirán mañana en un nuevo encuentro, amenaza convertirse de ahora en más en un problema para los planes del Ejecutivo de replicar el techo oficial a las negociaciones salariales que deberán resolverse en las próximas semanas. Sobre todo porque la mayoría de esas discusiones tendrá como principales protagonistas a organizaciones sindicales enfrentadas a la administración kirchnerista.
Una primera prueba de fuego lo será esta semana el cierre de la paritaria bancaria. Los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Trabajo, Carlos Tomada, plantearon la semana pasada al gremio que conduce Sergio Palazzo un esquema consistente en un incremento porcentual de 27,8% más una suma variable (se mencionó un piso de $ 700) bajo el concepto de reparto de utilidades de las entidades financieras. Fuentes del sector se mostraron expectantes con la posibilidad de que en las próximas horas se alcance un entendimiento, que también superará el 30%.
A la par, desde esta semana Hugo Moyano profundizará la presión por un incremento del 35% para los choferes de camiones. Para ello el jueves su gremio dispuso un cese de actividades y un gran acto en el estadio de Deportivo Español. Será el preludio del nuevo paro general que el sindicalismo opositor junto a los poderosos gremios del transporte convocaron para el 9 de junio con la bandera de paritarias libres como eje central de los reclamos.
La definición de la paritaria de los aceiteros llegó el viernes, después de 24 días consecutivos de una huelga que afectó las exportaciones del sector y amenazó con faltantes de productos. Oficialmente la cartera laboral informó que el acuerdo estableció una suba de 27,8% en un tramo y agregó que la organización sindical a través de negociaciones directas tratarán con las distintas empresas otras cláusulas convencionales. Esas cláusulas ya fueron consensuadas, elevan el incremento salarial total al 36,2% (para la categoría más baja y 35,3% para el resto) y se suscribirán formalmente hoy en un acta adicional, indicaron a este diario voceros de ambas partes.
En concreto, a través de ellas se estipuló la actualización del adicional por presentismo, que pasa de $ 30 a $ 500 retroactivo a abril y el pago de una suma fija remunerativa mensual de $ 380 para la categoría inferior (será proporcional para el resto de las categorías), con lo que el piso salarial aceitero pasará de $ 10.500 actuales a $ 14.300.
El entendimiento puso fin a la extensa huelga en la zona del Gran Rosario, aunque desde mañana podrían retornar las protestas a los puertos del cor dón norte debido al reclamo de la CGT San Lorenzo, que agrupa a 13 gremios de la región, y pretende replicar en su paritaria la suba salarial obtenida por los aceiteros.