BUENOS AIRES - La Argentina esta reconocida por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) como país de riesgo insignificante con respecto a la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) – comúnmente llamada Mal de la Vaca loca –, el mejor nivel sanitario respecto de esta enfermedad - que nunca ha sido detectada en el territorio nacional-, al tiempo que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentario (Senasa) lleva adelante un programa de vigilancia para sostener el estatus logrado y contribuir a la salud pública de la población.
Esta condición sanitaria tiene, también, el aval de auditorías externas como la realizada en abril de 2014 por Australia y Nueva Zelanda que concluyó que la carne y los productos vacunos originarios de la Argentina son seguros para el consumo humano.
Para garantizar el cumplimiento de la prohibición de alimentar rumiantes con proteínas animales, el Senasa establece estrictas medidas a través de muestreos en los establecimientos (principalmente engorde a corral y tambos) que utilizan suplemento en la alimentación de los animales y en todas las firmas elaboradoras de este tipo de alimento.
La vigilancia sanitaria se realiza en los animales mayores a 24 meses dado que la EEB es una enfermedad progresiva cuyo periodo de incubación abarca, en promedio, entre cuatro y cinco años.
Asimismo, el Organismo lleva adelante acciones con el objetivo de evitar el ingreso de la enfermedad a nuestro país o detectarla de manera temprana y actuar en consecuencia.
En ese marco, el Servicio aprecia la responsable actitud de un productor chaqueño que, denunció en la Oficina del Organismo en Resistencia, Chaco, el hallazgo de una pezuña en una bolsa de suplemento alimenticio para vacunos, que motivó la puesta en marcha de los protocolos de trabajo destinados a averiguar presuntas irregularidades y establecer los pasos a seguir en defensa de la salud pública y para salvaguardar el estatus sanitario del país.
En tal sentido, profesionales del Organismo se dirigieron a la unidad productiva del denunciante en donde se tomaron muestras del alimento de los corrales y del suplemento y las enviaron, precintadas, para su análisis al Laboratorio del Senasa ubicado en la localidad bonaerense de Martínez. Al mismo tiempo, quedaron interdictadas 68 bolsas del suplemento alimenticio, que estaban en posesión del productor.
Desde la recepción de la denuncia se inicio una exhaustiva investigación dentro del marco de la Ley de Procedimientos Administrativos (19.549) sus decretos reglamentarios y la Resolución Senasa 38/12, que aprueba su Manual de Procedimientos de Infracciones, que tiene por finalidad constituir una garantía de los derechos de los particulares y asegurar de modo eficaz el interés general, mediante la adopción de decisiones que incluyó, inspecciones a los lugares de elaboración, medidas inmediatas de protección sanitaria, entre ellas, interdicciones y suspensión de elaboración del producto.
A la fecha el Senasa continúa sustanciando el expediente del caso y una vez concluido se adoptaran las medidas tendientes a mantener el orden de los bienes jurídicos protegidos por el Estado.