En medio de la paralización de los puertos granarios argentinos, por el paro –que ya lleva más de 20 días– de los trabajadores de la industria aceitera, que reclaman incrementos salariales de 42%, la soja cayó hasta un mínimo para los últimos ocho meses de operación: u$s 339 la tonelada en Chicago.
Durante el nocturno del último viernes –hoy es feriado en EE.UU. por el Memorial Day–, el contrato julio 15 (el más activo en la principal plaza mundial de materias primas agrarias) profundizó esa caída, hasta u$s 333 la tonelada. Ese es el menor valor que los futuros de la oleaginosa registran desde principios de octubre pasado, cuando marcó un mínimo de u$s 331 en medio de la caída del petróleo y perspectivas de una super oferta mundial de la oleaginosa que con el correr de los meses más que se verificó.
En ese nuevo piso (que tiene entre sus razones la producción global récord, la fortaleza del dólar y la debilidad del petróleo), la soja vale u$s 217 por tonelada menos que hace exactamente un año, y hace que el valor teórico de la cosecha argentina de la oleaginosa sea u$s 10.000 millones menos que en mayo de 2014.
Eso aun si se tiene en cuenta que la cosecha actual dejará una producción 7% superior a la campaña pasada. El 23 de mayo de 2014, la soja cotizó en Chicago a u$s 556 la tonelada.
En ese momento, se aguardaba una producción argentina de 55 millones de toneladas, por lo que el valor teórico de cosecha ascendía a poco más de u$s 30.000 millones.
Hoy, la soja vale u$s 339 la tonelada en Chicago y los pronósticos avizoran en torno a 59 millones de toneladas de producción local, por lo que el valor teórico se ubica en u$s 20.000 millones. El Ministerio de Agricultura, por su parte, revisó hacia arriba su estimación de producción y consideró que la campaña sojera dejará 60 millones de toneladas.
Según los últimos datos oficiales disponibles, la exportación y la industria compraron hasta el 6 de mayo último 20,9 millones de toneladas de oleaginosa, contra 14,2 millones que habían comprado para la misma fecha de 2014.
Más allá del impacto de esas cifras, lo cierto es que desde hace 20 días, no hay exportaciones como consecuencia del paro de aceiteros, que con piquetes y otras medidas de fuerza paralizaron los puertos del gran Rosario, lo que generó un caos logístico, ya que las terminales y acopios están llenos de granos, no pueden ingresar camiones a las dársenas, mientras un centenar de buques esperan poder cargar los embarques ya comprometidos.
La discusión paritaria se había reanudado el viernes por la tarde, y según explicaron en el gremio se había acordado con la parte empresaria un alza en torno al 36%, que no fue homologado por el Gobierno (que insiste en el tope de 27%), por lo que la huelga se profundizó y seguirá por tiempo indeterminado.