El nitrógeno y el fósforo son los principales nutrientes que el productor considerará en su esquema de fertilización. Sin embargo, la incorporación de zinc y azufre en el planteo productivo, es una de las estrategias a considerar para incrementar el rendimiento, sin afectar necesariamente la inversión.
Comparativamente, en el cultivo de trigo los requerimientos de azufre son similares a los de fósforo y mucho menores que los de nitrógeno y potasio. Las deficiencias de zinc han comenzado a observarse desde hace algunos años en la región pampeana. Condiciones ambientales como bajas temperaturas, bajos niveles de materia orgánica, altos niveles de fósforo o calcio y/o suelos compactados afectan la disponibilidad de este nutriente.
Una de las formas de aplicación de zinc en el cultivo es a través del tratamiento de semillas con fertilizantes altamente concentrados. Además, la compatibilidad con un amplio espectro de fungicidas e insecticidas permite una aplicación fácil y rápida. YaraVita Teprosyn Zn es un producto formulado específicamente para el tratamiento de semillas.
La fertilización a la siembra es clave para un buen establecimiento del mismo. La aplicación de nitrógeno, fósforo, potasio, azufre y magnesio, en formas químicas de rápida disponibilidad, permiten un crecimiento inicial vigoroso por parte del cultivo. El uso de mezclas químicas asegura una distribución homogénea de los nutrientes en el lote y como consecuencia un crecimiento parejo del cultivo. YaraMila Nitrocomplex Plus aporta nitrógeno en forma de nitrato y fósforo como polifosfato, lo que determina un aporte de fósforo secuencial durante el ciclo del cultivo. Además, permite dividir el aporte de nitrógeno entre las etapas de siembra y macollaje, de manera de adecuar la oferta a los requerimientos del cultivo minimizando las pérdidas del sistema y adecuando la fertilización al escenario climático.
El azufre (S) es uno de los 17 nutrientes esenciales. Interviene en la síntesis de proteínas y lípidos, por lo que su aprovisionamiento es clave para un correcto crecimiento y desarrollo de los cultivos. La concentración de azufre en el suelo no es un criterio absoluto para la decisión de aplicación. En la mayoría de los suelos de regiones húmedas, el S se encuentra formando parte de la materia orgánica. Por lo tanto, en suelos con menor porcentaje de materia orgánica se espera una menor disponibilidad del nutriente y como consecuencia, una mayor respuesta a la fertilización.
La existencia de fuentes nitrogenadas y azufradas en mezcla química, permiten la incorporación de este nutriente en el planteo de fertilización. En cuanto a los beneficios operativos, los fertilizantes que poseen mayor tamaño del grano, granulometría uniforme y alto peso específico son aconsejables por su mayor capacidad de trabajo en aplicaciones en cobertura. El aporte de nitrógeno en forma de nitrato, de rápida disponibilidad para el cultivo, es sumamente importante para aplicaciones en macollaje, que junto con encañazón constituyen el momento de máxima demanda por parte del cultivo. En esta etapa, las pérdidas por volatilización de las fuentes tradicionalmente usadas en aplicaciones al voleo pueden llegar hasta el 17% mientras que en aplicaciones de YaraBela Sulfan son menores al 1%, lo cual demuestra la mayor eficiencia de esta fuente.
Como conclusión, sin incrementos importantes en la inversión, la definición de un plan adecuado de fertilización que contemple los 4 requisitos básicos: fuente, momento, dosis y forma de aplicación, es una de las prácticas con mayor impacto en el rendimiento y calidad del cultivo de trigo. Las decisiones dependerán de la localidad, historia agrícola del lote y rendimiento objetivo.