Sólo una ayuda, pero no una mejora de la rentabilidad perdida en los últimos años.
Para los pequeños productores, el fondo de $ 2500 millones que armó el Gobierno para compensar a quienes produzcan hasta 700 toneladas no les cambiará la ecuación económica en rojo por la caída de los precios, la suba de los costos, las trabas en el mercado y la presión de las retenciones.
Lo dicen ellos mismos. Algunos valoran el gesto oficial luego de años de olvido, otros celebran que la Federación Agraria Argentina (FAA) dialogue con el Gobierno y también están los que consideran que el anuncio no es ni cerca una política diferenciada para el segmento más vulnerable.
"La pérdida de rentabilidad no tendrá una sustancial mejora, pero como ayuda seguramente servirá", dijo José Barbieri, un productor de 200 toneladas de la zona de El Arbolito, en el partido bonaerense de Colón.
En 2008, Barbieri se movilizó contra las retenciones móviles. Lo hizo porque temía por su supervivencia. Siete años después, no salió del circuito como productor, pero siente que cayó su poder adquisitivo.
"El anuncio de la Presidenta lo recibí con beneplácito", expresó. No obstante, alertó: "Soy prudente al evaluar la medida hasta ver cómo se implementa y se pone en práctica".
Barbieri cree "auspicioso" el diálogo de FAA con el Gobierno . Y pide que las otras entidades busquen un punto de encuentro con las autoridades porque "es bueno y necesario escucharse".
Carlos Solé, productor de menos de 700 toneladas de la zona de Hughes, Santa Fe, no tiene dudas que el impacto del fondo va a ser bajo. "Esto no va a cambiar nada en un negocio donde este año si no fuera por los rindes la situación sería pésima", afirmó. Preocupado por el escenario actual, contó que tiene amigos que deberán afrontar deudas de unos $ 700.000 con cooperativas. "¿Cómo harán?", se preguntó.
Oscar Raffo es otro productor chico de esa zona. Pero hace unas 900 a 1000 toneladas, con lo cual quedará afuera del beneficio. Sin embargo, opinó que la política del subsidio no servirá para alcanzar un crecimiento sustentable. "Pueden beneficiar circunstancialmente y en el corto plazo, pero distorsionan la realidad", afirmó. Por ello, reclamó "políticas estables" que aseguren un desarrollo verdadero.
Entre los productores no sólo hay certeza de que el fondo no frenará la pérdida de rentabilidad, sino que no alcanzará para compensar los malos resultados negativos que dejó el trigo en la última campaña por la baja del precio y la intervención oficial.
Guillermo Aiello, un productor de 200 hectáreas del sur de Santa Fe, lo ejemplificó así. En campo propio, en 150 hectáreas del cereal hubo una pérdida de $ 66.000. En tanto, para campo alquilado la pérdida fue $ 400.000. Contra estos números, como compensación el productor de 700 toneladas recibirá por el fondo 31.500 pesos.
Según números de productores autoconvocados de Roldán, con el fondo se beneficiará el que produjo solo soja. Esto porque, con menos rindes que un maíz o trigo, con una soja puede considerarse más superficie. Así, el Gobierno premia la sojización antes que la rotación.
"Está claro que es para productores muy chicos, ya que haciendo rotación con 70 hectáreas donde hizo trigo más maíz de segunda aún evaluando la mitad del tonelaje de maíz quedaría fuera de este estímulo", opinaron en ese grupo de productores de Roldán.
En zona núcleo, las 700 toneladas se alcanzan con 155 hectáreas de soja de primera, 88 de trigo/soja de segunda, 54 de trigo/ maíz de segunda y 58 hectáreas de maíz. "El más beneficiado es el productor agropecuario que en la campaña 2013/14 haya hecho solamente soja de primera de tal manera que entraría teniendo una extensión de 150 hectáreas, mientras que aquel que apostó a la rotación solamente ingresará con una extensión de 54 hectáreas", evaluó Aiello.
Para productores de soja
"Se beneficia a los productores de zona núcleo, sojeros y chicos en desmedro de productores de zonas marginales, de producción mixta y de todo tamaño", coincidió Carlos Strologo, un productor de Armstrong, Santa Fe, miembro de la Federación Agraria (FAA).
Para Strologo, el programa no le cambiará la situación financiera al productor chico aunque el apoyo sea "bienvenido". Cree que hay un trasfondo de "síndrome de Estocolmo" en el acuerdo de la entidad con el Gobierno.
"Para mí lo más grave es que se acuerda con sus raptores, esos que durante mas de diez años confiscaron el trabajo del productor agropecuario mediante decretos anticonstitucionales y que con estos acuerdos ahora se avalan esas mal llamadas retenciones", reflexionó.
Si no saca al productor de la pérdida de rentabilidad, el fondo tampoco fomenta la inversión. En la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), Jorge Scoppa, presidente, conoce a decenas de contratistas que son pequeños productores. "Tienen que poder ser rentables para que hagan una inversión. Con esto no van a cambiar una cosechadora que tiene una cuota semestral de 300.000 pesos", explicó.
De acuerdo con un estudio del economista Jorge Ingaramo, a un productor que produzca 700 toneladas, ponderando los cultivos, la compensación será el 9,33% de lo que perdió por retenciones por tonelada producida.
Para el caso específico de un productor de girasol que paga US$ 124,8 por tonelada de retenciones y resigna un total de US$ 87.365 en 700 toneladas, la compensará representará 7,16 por ciento.
"Suponiendo un costo de implantación y protección de cultivo por hectárea, en campo propio, de US$ 250, el subsidio es inferior al 3,6% de sus costos", comparó el economista.