El tiempo de la cosecha ya llegó. Esa afirmación bien podría coronar por estos días las pizarras de los precios de la soja y del maíz en el mercado disponible doméstico, donde crecen los volúmenes negociados, pero no por el atractivo de las cotizaciones, sino por las urgencias financieras de quienes comenzaron a levantar los granos de la campaña 2014/2015.

Por tonelada de soja con entrega hasta el 21 del actual sobre las terminales de Timbúes, San Lorenzo, San Martín y de General Lagos, las fábricas ofrecieron ayer 2000 pesos, 50 menos que en la rueda anterior. En la semana, el valor de la oleaginosa ya perdió 150 pesos.

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicó que la puja entre algunos compradores posibilitó operaciones puntuales en un rango de 2020 a 2030 pesos por tonelada. Al cierre de los negocios, la entidad calculó un volumen de ventas próximo a las 50.000 toneladas, por encima de las 30.000 toneladas del martes.

Más profunda resultó la caída del valor de la soja con entrega en el período contractual (dentro de los 30 días de la fecha del negocio), dado que pasó de 1980 a 1900 pesos.

Para la soja con descarga entre abril y mayo, los compradores fijaron el piso de sus propuestas en US$ 216 para la zona de Rosario, 4 dólares por debajo del valor vigente anteayer. No obstante, se hicieron operaciones entre 220 y 225 dólares por tonelada. En Bahía Blanca y en Necochea, la oleaginosa se mantuvo en 222 y en 220 dólares, respectivamente.

Beneficiadas con el repunte externo, las pizarras del Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) mostraron subas de US$ 2,20 y de 2 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes resultaron de 225,70 y de 229,50 dólares por tonelada.

Tras cuatro ruedas negativas consecutivas, los precios de la soja cerraron ayer con leves mejoras en la Bolsa de Chicago. Estas subas no fueron impulsadas por fundamentos propios del mercado agrícola, sino por la especulación en torno a una posible suba de tasas de interés en los Estados Unidos por parte de la Reserva Federal a partir de junio y por la consecuente caída del dólar frente al euro, que llevó la relación entre las monedas de 1,0599 a 1,0879.

Las posiciones mayo y julio de la soja en la plaza estadounidense sumaron US$ 3,86 y 3,76, en tanto que sus ajustes fueron de 354,58 y de 356,32 dólares por tonelada. La mejora fue de US$ 3,95 para el contrato noviembre -marca el ingreso de la cosecha 2015/2016 de EE.UU.-, que terminó la jornada con un valor de US$ 349,34.

Las subas fueron limitadas por el ímpetu exportador que se registra en Brasil, en medio de la cosecha y tras la depreciación del real frente al dólar, y por la confirmación, en 58 millones de toneladas, de la estimación de la cosecha argentina de soja publicada por la BCR (como se amplía por separado).

Además, ayer la publicación estadounidense Farm Future proyectó la intención de siembra de soja para la nueva campaña agrícola de los Estados Unidos en 35,24 millones de hectáreas, por debajo de los 35,76 millones calculados en enero, pero por encima de los 33,81 millones previstos por el Departamento de Agricultura de EE.UU. en su foro anual de febrero y de los 33,90 millones sembrados en el ciclo 2014/2015.

En cuanto al maíz argentino, ayer los exportadores ofrecieron $ 900 por tonelada de cereal con entrega a partir del miércoles próximo sobre las terminales de Timbúes, San Martín y de General Lagos, $ 20 por encima del magro valor del martes. La BCR indicó que se habrían hecho negocios puntuales entre 920 y 930 pesos. Según la entidad, se habrían comercializado unas 40.000 toneladas de maíz, por encima de las 30.000 toneladas de la rueda precedente.

Por maíz con entrega entre abril y mayo, los exportadores ofrecieron $ 930, por debajo del rango vigente anteayer, de 940 a 950 pesos. En Bahía Blanca y en Necochea, se registraron bajas de 2 dólares, dado que los interesados propusieron 116 y 114 dólares por tonelada, respectivamente.

En el Matba, las posiciones abril y julio del maíz subieron US$ 1 y 1,50, en tanto que sus ajustes fueron de 107,50 y de 110,50 dólares por tonelada.

Las pizarras de Chicago mostraron alzas de US$ 1,47 y de 1,48 sobre los contratos mayo y julio del maíz, cuyos ajustes resultaron de 147,53 y de 150,68 dólares por tonelada. La depreciación del dólar frente al euro, que le dio un respiro muy parcial a la competitividad de las materias primas estadounidenses en el mercado exportador, fue el principal factor alcista de la jornada.

Ayer, la publicación Farm Future proyectó la siembra de maíz 2015/2016 en los Estados Unidos en 35,78 millones de hectáreas, por debajo de los 35,85 millones previstos en enero; de los 36,05 millones calculados por el USDA en su foro anual, y de los 36,69 millones sembrados en el ciclo 2014/2015.

Acerca del trigo, la posición julio en el Matba bajó un dólar y cerró con un precio de 119 dólares por tonelada. La actividad de los molinos fue prácticamente nula según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que sólo relevó un precio de $ 1280 por tonelada de trigo para la planta de Tres Arroyos, con 30% de gluten, ph 76 y pago a los 20 días. La exportación volvió a ofrecer US$ 150 por cereal con ph 78 y un mínimo de proteína del 10,5%.

El contrato mayo del trigo en Chicago y en Kansas subió US$ 2,66 y 3,76, en tanto que su ajuste fue de 187,67 y de 203,19 dólares.

Crece la fila de buques en los puertos de Brasil

SAN PABLO (Reuters).- La cola de barcos para cargar soja en los puertos brasileños creció cerca del 15% en poco más de una semana y ya resulta mayor que la vista un año atrás. Esta situación sería la consecuencia del reciente paro de transportistas y del aumento de la competitividad del grano de Brasil, tras la fuerte suba del dólar.

Actualmente se prevén 141 buques a la espera de cargar 8,49 millones de toneladas de soja, con turno ya otorgados hasta fines de abril, según datos de la agencia marítima Williams. Un año atrás, 123 buques se aprestaban a cargar 7,28 millones.

Según analistas, unos de los principales motivos del mayor interés de los compradores por la soja brasileña en este momento es su competitividad, tras la devaluación del real frente al dólar.