Los economistas prevén que la herencia que recibirá el próximo Gobierno será pesada. Daniel Artana, director de FIEL, prevé que la recesión será del 2% este año, mientras que Miguel Kiguel, de Econviews, vaticinó que el año terminará con un tipo de cambio atrasado, inflación alta (aunque menor a la del año pasado, entre el 25 y 30%), un déficit fiscal del 6% del PIB, reservas internacionales bajas, con acceso limitado al mercado de capitales y todavía en default. "El año va a terminar con inflación reprimida -continuó-, con lo cual la herencia que va a recibir la próxima administración es un desbarajuste en el sistema de precios. Ese va a ser uno de los grandes desafíos del próximo gobierno".
Las definiciones se escucharon en el Congreso Económico Argentino (CEA), cuya primera jornada se realizó hoy. Además de Artana y Kiguel, participaron el economista jefe de Economía & Regiones, Diego Giacomini y el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, Juan Carlos De Pablo. En otro panel estuvieronel presidente del Grupo GNP, Guillermo Pérez; el director de Quantum Finanzas, Daniel Marx, y el director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales (EAFP), Mariano Otálora.
Kiguel analizó que "si bien Argentina no está teniendo un viento de frente, claramente se acabó el viento de cola e ingresamos en un escenario más complejo".
Artana planteó que "2015 va a ser parecido al 2014, pero con un déficit fiscal más alto financiado por emisión monetaria y las reservas del Banco Central y una recesión del 2%, excepto que se consigan dólares". Aunque, aclaró, la "verdadera restricción de la economía es el sector externo". Y en ese sentido alertó que se mire el rubro que se mire, las exportaciones caen al 20%, lo que lleva a que caiga la generación no financiera de dólares".
Sobre el legado que dejará el actual Gobierno, opinó: "La herencia va a ser muy pesada porque el tipo de cambio actual no es sostenible, el déficit fiscal es muy alto, la inflación cayó, pero sigue en niveles altos y las reservas brutas son razonables pero las líquidas son bajas".
Por su parte, Giacomini advirtió que la región se vio beneficiada de un "contexto formidable e irrepetible de términos de intercambio muy elevados y tasas muy bajas", pero advirtió que, "a diferencia del resto de los países de la región, el Gobierno tomó como permanente un contexto que era transitorio". Por eso, ante la caída del precio de las commodities y la posible suba de las tasas de interés internacionales, advirtió que "el modelo de crecimiento vía consumo está agotado. Ahora es vital ahorrar".
Sin embargo, de cara a 2016, remarcó que "el tipo de cambio no es el único problema" y advirtió la necesidad de que el próximo gobierno encabece una reforma fiscal y monetaria como principal desafío. "Será necesario hacer reformas fiscales, monetarias, de deuda. No es suficiente una devaluación porque si no se soluciona el problema de fondo, que es el gasto público excesivo y la presión tributaria, no hay tipo de cambio que aguante. Con una política de shock o gradual, hay que bajar los impuestos para generar ahorro, porque el ahorro potencia la inversión", sentenció.
Asimismo, De Pablo centró su discurso en la dificultad de predecir los fenómenos económicos. "La clave está en estudiar las circunstancias pero no hay muchos hechos autónomos. Frente al mismo desafío se puede hacer una macana o aprovechar una oportunidad", dijo en función de los retos que tendrá el próximo gobierno que, según su visión, debe ser "enérgico".
Pérez, de Quantum Finanzas, dedicó su exposición al análisis de un fenómeno creciente desde hace algunos años: el intercambio de información fiscal entre países. "Desde la crisis de 2009 se aceleró porque la economía informal le resta capacidad de recaudación tributaria a los Estados y si logran atrapar ese porcentaje de economía informal, el ajuste que tienen que hacer es menor", explicó.
Por su parte, Daniel Marx advirtió que el panorama puede ser favorable para ciertos inversores a raíz del recambio de gobierno y las perspectivas de "normalización de la economía" con la actualización del tipo de cambio y otras variables". "Hay un efecto catch-up que se puede llegar a dar si el próximo gobierno hace las cosas bien, y si se da todo de golpe, para cualquier inversor que le gusta el riesgo, Argentina le ofrece una oportunidad que no consigue en otro país", aseguró.
Finalmente, Mariano Otálora aseguró que hay dos oportunidades históricas e irrepetibles frente al cambio de gobierno: el mercado inmobiliario y el mercado de capitales. "El tipo de cambio está atrasado y según todos los economistas y precandidatos presidenciaeles, va a tender a converger en un futuro a un punto intermedio entre el oficial y el blue. Por ende, construir en pesos con financiamiento en pesos y luego vender en dólares es la mejor opción", opinó. La otra inversión que recomendó fue invertir en el mercado de capitales. "Los activos están muy baratos. Las empresas valen mucho menos frente a lo que valen otras en el resto de la región", afirmó el especialista en inversiones.