Las inundaciones registradas en áreas agrícolas claves de la Argentina, tras un febrero extremadamente lluvioso, podrían causar pérdidas de hasta 2,5 millones de toneladas en la cosecha de soja del ciclo 2014-2015, según estimaron expertos en una nota que publica la Gaceta de Tucumán.
Consultados por la agencia Reuters, analistas agrícolas del país, que es el mayor exportador mundial de harina y aceite de soja y el tercero de la oleaginosa sin procesar- calcularon que alrededor de un 3% de los 20,05 millones de hectáreas dedicadas al grano sufrirán pérdidas en la cosecha.
La superficie sembrada marcó un nuevo récord en el ciclo 2014-2015 y el Gobierno nacional prevé una histórica producción de 58 millones de toneladas. Pero el extraordinario volumen de agua que cayó en medio del sofocante verano austral amenaza con desinflar esas perspectivas.
“Yo estoy tomando una pérdida de 600.000 hectáreas, o su equivalente de 2,5 millones de toneladas”, dijo Pablo Adreani, director de la consultora Agripac, que redujo a 55,5 millones de toneladas su pronóstico previo de 58 millones para la cosecha, que está a punto de comenzar. “Las pérdidas son en los terrenos bajos o medio bajos y aquellos campos que con la inundación pierden stand de plantas y rendimientos”, añadió.
Los temores de un recorte de la producción nacional como consecuencia de las inundaciones han impulsado en las últimas semanas los precios internacionales de la soja en el mercado de futuros de Chicago (EEUU). Pero Argentina, de todos modos, registraría una cosecha muy abundante, que superaría el récord de 53,4 millones de toneladas alcanzado en la campaña previa.
La zona más azotada por los excesos de agua es el centro-norte de Córdoba, la segunda provincia agrícola del país, donde sólo el mes pasado cayeron 300 milímetros de lluvia, que lo convirtieron en el febrero más húmedo desde 1960.
En esa región hay alrededor de 500.000 hectáreas de soja que están anegadas, aunque las pérdidas no serán totales sino que generarán mermas en los rendimientos, dijo Germán Heinzenknecht, experto agrícola de la Consultora de Climatología Aplicada.
“El clima actual y los pronósticos apuntan a aproximadamente dos semanas de condiciones secas luego de las precipitaciones recientes, lo que ayudaría a mitigar el riesgo de más inundaciones por el momento”, dijo la consultora Lanworth en un reporte.