La situación de transición al mes de febrero marca una cierta retracción en el nivel de precipitaciones. De hecho no se prevé ningún evento de importancia durante la primera semana del mes y por lo tanto, por primera vez en lo que va del verano ingresamos en un período donde habrá que mirar con mayor asiduidad el pronóstico para dilucidar si la situación es temporaria o deberemos transitar una quincena con persistente falta de precipitaciones.
Los pronósticos de mediano plazo no son demasiado alentadores y posiblemente estemos transitando el período donde la falta d agua se haga sentir en forma más generalizada en la en la zona núcleo en general.
La falta de lluvias y las altas temperaturas, rápidamente se traducen en un retroceso en el nivel de reservas. Es claro que bajo estas condiciones el balance hídrico es necesariamente deficitario. Sobre buena parte de la zona central las reservas para una pradera aún se sostienen en niveles adecuados. Es posible que los cultivares de soja y maíz con buena cobertura ostenten aún una condición hídrica mejor, sin embargo, la tendencia de las reservas es a retroceder.
Si bien la situación actual de los cultivos no es mala, los pronósticos que muestran un cambio hacia un patrón más seco en el comienzo de febrero, generan una lógica inquietud. Hemos mencionado que este tipo de pulsos secos son más frecuentes entre mediados de diciembre y mediados de enero, sin embargo, en esta campaña la transición anual fue holgada, favoreciendo a los maíces sembrados en fechas tempranas.
La situación actual puede afectar temporariamente el paso de la soja por su período de mayor demanda hídrica. Las plantas bien nacidas y con buen desarrollo radicular, seguramente explotarán las reservas manteniendo el buen estado actual. Será muy importante que las temperaturas no impongan un estrés extra sobre los cultivares. Si bien es razonable esperar un ajuste en la condición hídrica, el mismo se sobrellevará mejor si no se repiten las olas de calor.
En conclusión, la campaña ingresa en un momento decisivo. La descripción realizada presenta un panorama que es bueno en la zona núcleo pero que puede verse desmejorado en unos diez días. Por eso es bastante claro que la campaña no está cerrada, a pesar del paso benigno que se vino dando. Lo que sobreviene no es ajeno al comportamiento normal del verano, es decir, es sumamente improbable que a lo largo de toda esta estación no se caiga temporariamente en períodos con lluvias deficitarias. A gran escala la zona núcleo presenta un panorama de reservas preparado para afrontar estos avatares del clima. No obstante por lo crítico del momento para la mayor parte de las sementeras de soja, difícilmente el mercado no copie esta situación y la traslade a los precios. No es evidente el mercado climático, pero la plaza comienza a moverse con la incerteza que propone la falta de precipitaciones en el mediano plazo.