Si consideramos el año calendario, las estadísticas oficiales señalan un crecimiento de la inflación del 8,5% durante 2007. Siguiendo los resultados obtenidos por el Índice General de Actividad (IGA), en dicho período la economía del país creció un 9,1%.

En 2008 la inflación acumulada fue levemente menor debido al impacto de la crisis internacional que afectó la actividad económica del país, la cual registra una caída del -6,1%. El organismo oficial registró un alza de los precios minoristas en torno al 7,2%; sin embargo la cifra que exterioriza el IPC-CITY-CON asciende a 23,0%. A partir de ese año se comienza a publicar el índice de inflación elaborado por PriceStats.

La inflación registrada por dicha empresa durante el año 2008 fue de 23,4%, valor muy similar al sugerido por el Instituto City. En relación con el año 2009 el organismo oficial contempla una variación de precios de sólo 7,7%. Contrariamente las fuentes alternativas registran 14,8% (Congreso) y 16,3% (PriceStats). La recesión argentina continúa hasta abril de dicho año, registrándose una recuperación neta en todo el período de 2,3%. La inflación aminora su crecimiento aunque se mantiene en valores de dos dígitos.

En el siguiente gráfico pueden observarse las variaciones anuales de inflación superpuestas con las tasas de crecimiento/contracción económica.

En 2010 la inflación continuó acelerándose y se ubicó en 10,9% para INDEC, 25,7% para los legisladores opositores y 25,3% para PriceStats, mientras que la actividad económica se expandió un 9.0%. Para el año siguiente la inflación acumulada fue 9,5% para el INDEC, 22,5% para el Congreso y 23,6% para PriceStats; en dicho período la economía sólo creció un 3,0%. A finales de 2011 Argentina inicia un nuevo proceso de contracción económica que se extiende hasta mediados del siguiente año.

En 2013 la inflación oficial se ubicó en 10,9% y amplía nuevamente la diferencia con estadísticas no oficiales. Por otra parte, ese mismo año, el Observatorio Económico y Social de la CGT también comienza a publicar mediciones propias de precios minoristas dentro del Gran Buenos Aires. Para dicha institución la variación anual de la inflación fue de 28,1%; cifra muy similar a la expuesta por el IPC Congreso con una medición de 27,9%. Las variaciones registradas por PriceStats fueron algo más moderadas en dicho período, pero de todas formas más que duplicaron la cifra oficial, señalando un acumulado de 22,9%.

La actividad económica no logró salir del estancamiento (0,8%) y consecuentemente el año finaliza con el inicio de una nueva recesión que persiste hasta la actualidad (la tercera de los últimos 7 años). Se resalta que las tres últimas contracciones económicas argentinas tienen la característica de coincidir con períodos de alta inflación, fenómeno que se conoce como “estanflación” (alza de precios y caída de la actividad económica en simultáneo).

En 2014 la espiral inflacionaria se intensifica con un nuevo incremento en el ritmo alcista de los precios. Entre enero y noviembre el INDEC registró una inflación del 22,7%; las diferencias con las fuentes alternativas disminuyen pero aún persisten. Las mediciones de instituciones intermedias y consultoras privadas se ubican unos diez puntos porcentuales arriba, alcanzando cifras de 35,9, 37,6 y 36,1% respectivamente.

Estimando la inflación del mes de diciembre en función de las últimas 12 mediciones publicadas por cada indicador, el año finalizaría con un crecimiento del nivel general de precios aproximado de 24,9% para el organismo oficial y de 40,0% para las estadísticas alternativas. Lo anterior se da conjuntamente con una caída estimada del -2,7% de la actividad económica del país.

Considerando los años 2008-2014 el proceso inflacionario en Argentina se ha ido intensificando; fundamentalmente en los últimos tres períodos, alcanzando un ritmo cercano al 40,0% de incremento anualizado. La aceleración de los precios se ha dado en simultáneo con tres recesiones económicas y un fuerte estancamiento en el incremento neto de la actividad económica (especialmente si lo comparamos con el período 2003-2007), por lo cual Argentina enfrenta recurrentes escenarios de estanflación.

Adicionalmente, a lo largo del período analizado se observa una discrepancia entre las cifras publicadas por los organismos oficiales y los registros de fuentes alternativas. En los últimos años las mediciones del IPC City/Congreso y otras instituciones análogas llegaron a duplicar los valores oficiales.

Entre 2008 y 2014 la inflación acumulada por el indicador oficial registró un incremento de 106,7% mientras que en dicho período el aumento exteriorizado por el IPC-Congreso fue de 354,6%; es decir que la sub-estimación oficial (diferencia) se ubica en el orden del 247,9%.

Por otra parte, todos los indicadores alternativos de inflación muestran una fuerte correlación entre sí, en términos de tasas. Esto ocurre inclusive con indicadores locales de las ciudades de Buenos Aires y Bahía Blanca. En este sentido los indicadores de instituciones no oficiales muestran una coherencia conjunta en sus resultados.

Por último, cabe aclarar que la inflación en lo que va de 2014 ha estado creciendo a un ritmo más acelerado, llegando a valores estimados para el año calendario del 24,9% según INDEC y promediando el 40,0% según las fuentes alternativas. Queda de esta manera superadas las expectativas inflacionarias esperadas por los consumidores (a nivel encuestas), las cuales rondaron entre el 30,0-35,0%.