La situación actual agrícola internacional se encuentra pasando nuevamente por momentos complicados con difícil solución en el corto plazo. Cuando algún distraído quería desarrollar teorías de posibles mejoras en los valores de los commodities agropecuario, la realidad desmoronó todo argumento que hiciera pensar en subas de los precios de los granos.

A pesar de que nosotros venimos indicando que no existen posibilidades de que los precios mejoren en los próximos 6 meses, algunos analistas buscaban fundamentos que les indicaran esta posibilidad de cambio de tendencia. Y cuando se realizan los análisis se toman en cuenta los datos que corresponden al sector. Las producciones de granos y subproductos, exportaciones, importaciones, oferta y demanda, clima, políticas agropecuarias, etc. Pero ahora, debemos prestar atención a datos que debemos monitorear a diario y que influyen frontalmente en los mercados agrícolas y que no son exactamente del sector.

Esta guerra no declarada entre los países árabes productores de petróleo y los EEUU ha hecho derrumbar los valores del oro negro a guarismos impensados hace unos meses atrás. La intención de los países productores es que las producciones alternativas de combustibles pasen a ser inviables económicamente por los bajos niveles de los precios del petróleo. Desde hace décadas se tiene conocimiento de los enormes yacimientos de “shale oil” o pizarra bituminosa (en español) en los EEUU y Canadá. Sin embargo, la difícil extracción de este nuevo tipo de carburante hace que éste no sea rentable si el precio del barril de petróleo es inferior al rango de 60 a 80 dólares. Algo similar ocurre con el etanol y los biocombustibles.

Por todo esto es que nos encontramos con otro limitante que hará que los precios del maíz y la soja no tengan posibles recorridos alcistas en sus valores. Porque en los últimos años, cada vez se utiliza más maíz para hacer etanol y más soja y sus subproductos para hacer biodiesel. Pero estos combustibles no fósiles eran posibles producirlos con un petróleo con cotizaciones por arriba de los 100 dólares. Con el oro negro por debajo de 70 dólares, no es conveniente producir etanol y biodiesel. Y si se sigue produciendo, serían combustibles más caros que las naftas tradicionales. ¿Quién los compraría?

Por eso esta vez, no solo está influyendo en la chatura y baja de los precios de los comodities agropecuarios las grandes producciones de granos, el aumento de la oferta, la recomposición de los stocks, y la demanda sostenida pero satisfecha. Ahora también influye y por lo visto influirá durante todo el 2015 esta contienda que vienen sosteniendo los países productores de combustibles, donde tenemos la sensación que recién es el comienzo de la misma.

Además, debemos considerar el sostenimiento del dólar contra las otras monedas, que es otro factor influyente. Cuando el dólar se sostiene o sube los metales preciosos, y los comodities bajan.

Así que el panorama agrícola se complicó más de la cuenta. Y eso que no hemos hablado de la realidad económica financiera de nuestros productores, de los mercados intervenidos, del atraso cambiario, del cepo al dólar, de la imposibilidad de importar, de los límites para exportar, de las políticas agresivas y adversas contra el sector.