Las ventas en la región de la unidad de agroquímicos de BASF, el gigante químico alemán, cayeron en el tercer trimestre debido a la contracción de los precios de los commodities y a la conducta más cautelosa de los productores, que provocó un menor uso de funguicidas, herbicidas, insecticidas y otros productos, informó la compañía.

Las ventas de la unidad de negocios llamada Protección de Cultivos, la más importante en la región de esta compañía que factura más de 70.000 millones de euros anuales en todo el planeta, cayeron en el tercer trimestre de 2014 un 3% en comparación con el periodo anterior.

"La caída continua en el precio de los productos agrícolas y el comportamiento prudente de los compradores fueron relevante en casi todos los mercados", indicó BASF, en referencia América del Sur, África y Oriente. En estos mercados tiene especial preponderancia Brasil, donde se encuentra una de las divisiones de la firma más importantes a nivel mundial. Argentina es un país importador y el segundo mercado más importante de América del Sur.

De acuerdo con los datos de BASF, la menor performance repercutió en los beneficios de esta unidad de negocios, que se redujeron en 129 millones de euros a 43 millones de euros. (u$s 53 millones).

BASF es un gigante químico que produce desde plásticos para la industria automotriz hasta herbicidas y funguicidas para el agro, pasando por pinturas y otros derivados del petróleo, el gas y demás materiales. Sus cuarteles centrales se encuentran en esta ciudad ubicada a las orillas del río Rin, a 100 kilómetros de Frankfurt. Ludwigshafen es prácticamente ciudad BASF: aquí hay 2600 plantas de químicos que ocupan 10 kilómetros cuadrados y emplean a 38.000 de sus 163.000 habitantes.

Las ventas de este emporio alemán crecieron un 4% medidas en euros en América del Sur, África y Oriente en el tercer trimestre del año, debido a un aumento de precios del sector Petróleo y Gas (que hoy, dos meses después del cierre de resultado trimestral, se encuentra en mínimos históricos).
En 2013, BASF facturó en el mundo 73.973 millones de euros (casi u$s 91.000 millones), de los cuales el sector Protección de cultivos representó el 7% (5.227 millones de euros).

Sin embargo, la compañía dedica el 26% de su presupuesto en Investigación y Desarrollo (1.840 millones de euros) a desarrollar nuevos funguicidas (que representan el 43% de las ventas) herbicidas (34%) e insecticidas (17%). "Una patente dura 20 años, de los cuales 10 años se emplean para desarrollar el producto antes de sacarlo al mercado y los otros diez años, para recuperar la inversión y obtener el beneficio", explica Juan Sasturain, administrador de productos Senior del área Protección de Cultivos de BASF, desde el Centro Agropecuario que la firma tiene en Limburgerhof, a 20 minutos de auto desde Ludwigshafen.

Brasil es el principal mercado de BASF en la región y el más importante del mundo en materia de Protección de cultivos. La potencia sudamericana posee un mercado de u$s 10.013 millones en productos agropecuarios, con un incremento interanual del 25%. Argentina es el noveno mercado mundial, con ventas por u$s 1747 millones en 2013 y una suba interanual del 19%.